Confirma su buen momento ganando la segunda fase de la Escuela del European Tour y optando a ser el primer gallego en la máxima categoría continental
07 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Santiago Tarrío (Touro, 1990) se encuentra a un solo paso de hacer historia. Si consigue terminar entre los veinticinco primeros la PQ3 que se celebrará en el Lumine de Tarragona desde el sábado hasta el jueves 15, se habrá convertido en el primer gallego que se gana por derecho propio una plaza en el European Tour, la máxima categoría continental del golf.
Hasta el momento, el golfista gallego ha demostrado encontrarse en un excelente estado de forma, que no solo le ha servido para adjudicarse la Orden de Mérito del Alps Tour (lo que le dio derecho a una tarjeta completa en el European Challenge Tour), sino que le ha catapultado hasta la primera plaza de una de las cuatro sedes de la PQ2 (segunda fase de la escuela de clasificación para el European Tour), la celebrada en el campo alicantino de Las Colinas. Esto le otorga la posibilidad de jugar por una de las veinticinco plazas directas para la élite del golf europeo. De conseguirlo, se convertiría en el primer gallego en alcanzar tal hito.
Santiago Tarrío se mostraba satisfecho con lo conseguido, a tenor de sus palabras a La Voz de Galicia horas después de haber terminado en primera posición en la PQ2. «Llegaba jugando bien y los dos primeros días hice dos vueltas muy buenas colocándome arriba. Esto me hizo bastante más fácil las dos ultimas vueltas, en las que seguí jugando bien y tranquilo, ya que pasarían a la final veinticuatro jugadores y nunca me salí del top 5», analiza el jugador gallego.
El golfista de Touro confía plenamente en sus posibilidades. «Ahora esta semana en la final a seis días se espera aún más nivel y más tensión, pero voy tranquilo con mi juego y sé que se puede conseguir la tarjeta. Espero darle una alegría al golf gallego esta semana», avanza.
Santiago Tarrío está cuajando la mejor temporada de una trayectoria profesional en la que nunca ha tenido continuidad. De hecho, es la primera en la que Santiago Tarrío dispone de una financiación estable para poder disputar regularmente los torneos que considera necesarios para progresar en su carrera golfística y los resultados le avalan.
El gallego fue un profesional precoz. Decidió dedicar su vida al deporte que le apasiona con solo dieciocho años, pero tuvo la mala fortuna de orientarse hacia un circuito español que ya no existe y que, además, con su desaparición le privó de patrocinio y de competición para continuar evolucionando. Desde entonces, convencido de que el golf era su futuro vital, compaginó la práctica deportiva con el trabajo de camarero en los negocios de hostelería que regentaba su familia en la comarca compostelana (el restaurante O Padriño, en Brión, el Bar Angueira, en dirección Rois Padrón).
En un momento clave en el que estaba decidido a continuar con el gol profesional como principal objetivo, pero carecía de apoyo financiero, surgieron las figuras de su cadi y pareja, Noelia García, y de su psicólogo deportivo, Joaquín Dosil.
Los recursos económicos no tardaron en aparecer y Santiago Tarrío demostró que esa estabilidad financiera era lo que necesitaba para salir adelante.