El PP pide calma ante a los «alarmismos» y Cobre San Rafael reitera que el proyecto no tendrá afección en el medio ambiente
12 jun 2018 . Actualizado a las 05:10 h.La manifestación que el domingo sacó a centenares de personas a las calles de Santiago para reclamar a la Xunta que «no autorice» el proyecto minero de Touro-O Pino encontró eco ayer en el Parlamento, donde los grupos de la oposición pidieron al Gobierno gallego que escuche «el clamor» contra la mina. Los portavoces de En Marea y BNG, Luís Villares y Ana Pontón, respectivamente, reclamaron la paralización de un proyecto en el que ven una «amenaza» para el medio natural y la vida de las personas. Más cauto, el PP abogó por esperar al desarrollo de la tramitación administrativa, si bien aseguró que velarán por que la mina respete «la legalidad vigente».
Villares defendió que la movilización del domingo «debera servir» para que la Xunta «dé carpetazo» al proyecto de Touro, que Ana Pontón describió como «bomba ambiental». Sostuvo que, de no hacerlo, estaría «facendo ouvídos xordos» a un «clamor» social. «Non imos deixar que Feijoo nos envelene. Se o último que vai facer antes de marchar a Madrid é envelenarnos, debera dimitir antes», llegó a sostener Villares, a quien la viceportavoz parlamentaria del PP, Paula Prado, acusó de ser él quien «envenena a la sociedad» con sus declaraciones públicas. Según recoge Europa Press, Prado recordó al portavoz de En Marea que sobre la mina de Touro están pendientes de elaboración «15 informes e unha declaración ambiental», que serán realizados «por técnicos y no por políticos». El PP quiso lanzar sobre este asunto un mensaje de «tranquilidade» frente a lo que tachó de «alarmismos de organizacións e partidos». Remarcó que velarán por que el proyecto «respete o entorno e a legalidade», y que cuente con «todas as garantías urbanísticas e técnicas».
La empresa replica
El debate parlamentario dio lugar a un comunicado de seis puntos de Cobre San Rafael en el que la empresa reitera su confianza en «establecer todas las medidas que la tecnología actual permite, que son suficientes para que el desarrollo de la mina no tenga afección sobre el medio ambiente». Defiende que lo expresado en las movilizaciones y en declaraciones políticas «no tiene por qué coincidir con el sentir mayoritario de la sociedad gallega».