Granjeros que son «Exceleites»

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

TORDOIA

cedida

«Se pasas unha vista xa sabes se unha vaca está mal», cuenta Concepción Fernández, una de las ganaderas cuya leche está entre las mejores de Galicia, según Medio Rural

22 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«As vacas son o reflexo do que comen e dos coidados que reciben», sostiene José Manuel Suárez, de la ganadería Gasu, de Tordoia. «Eu son moi gandeira, as vacas telas que vixiar todos os días e comprobar que están ben», ratifica Concepción Fernández, una ganadera en intensivo de Chantada. Ambos pueden presumir de tener de las mejores leches que se producen en Galicia. Pero, en realidad, de lo que más orgullosos están es de su trabajo y del cuidado que dispensan a los animales. Quizás ahí radique el secreto de su éxito. Quizás por eso atesoran varios premios Exceleite, que otorga la Consellería de Medio Rural en colaboración con el Laboratorio Interprofesional Galego de Análise do Leite, entidad que analiza las producciones de las granjas gallegas y elige a las mejores. Estos galardones comenzaron a repartirse hace tres años y, aunque no implican contrapartida económica, «eu estou moi orgulloso de recibilos. É un recoñecemento ao noso traballo», añade Suárez.

Este ganadero de Tordoia se dedicaba, hasta hace quince años, a las excavaciones. Entonces decidió cambiar de profesión, «e agora son un novato deste sector», sostiene. Su explotación tiene alrededor de 70 vacas y produce al año 800.000 litros de leche en régimen de semiextensivo. Este año se llevó el primer premio en su categoría, pero ya atesora otros galardones similares. «Eu penso que ten que ver co manejo da explotación. Se empezas facendo as cousas ben, por rutina, acabas facendoas ben», sostiene. Explica que para tener una buena granja «non falta obras faraónicas. Hai xente que fai unhas naves inmensas pero despois ten máis vacas que camas», lamenta. Él tiene muy claro que el futuro «está no benestar animal e no coidado do medio ambiente. No futuro iso vai ser moi importante e todas as inversións que vou facer van estar orientadas nese camiño», argumenta.

Corvaz, la granja de Ángel Cortés, de Rodeiro, fue otra de las ganadoras de este certamen, en este caso, en la categoría de medianas en extensivo. También él es un veterano de estos galardones, pues el año pasado quedó segundo. «O premio concédeo o Ligal en base ás analíticas que nos fan de calidade bacteriolóxica e de células somáticas. Collen sempre ás explotacións que mellores números teñen», cuenta. En su opinión, no es un solo factor lo que determina la calidad de la leche que se produce, «son un conxunto de prácticas as que te levan a conseguir esos números», añade. Lleva más de treinta años en el sector lácteo y actualmente cuida de unas sesenta vacas en extensivo, que producen al año 400.000 litros de leche. Ha apostado por el pastoreo «porque a nosa empresa da un pouco máis para estimular as que pastoreamos».

En los tres años de historia que tienen estos premios, la granja de Concepción Fernández Moure, de Chantada, ha conseguido siempre un galardón. «Os traballos ben feitos soen verse sempre, pero que cho recoñezan é máis complicado», cuenta esta granjera, que se confiesa una apasionada del sector. Ella empezó a trabajar con las vacas hace cuarenta años, «cando se muxía a man e recordo ter unha barriga enorme, porque estaba embarazada do meu fillo, e muxir as vacas á man», cuenta. Defiende el trabajo del ganadero, sobre todo, de aquel que se preocupa más por los animales que por las instalaciones. «Hoxe está de moda facer grandes mans de cemento. A nosa granxa fíxose no ano 93 buscando a comodidade do gandeiro, pero tamén dos animais. ten camas quentes e as vacas están ao aire libre, menos cando chove que non queren saír», asegura. A pesar de llevar cuarenta años en esta profesión, «é un traballo que me encanta porque eu son gandeira», dice con orgullo.

Fernández Moure reconoce que no es una tarea sencilla, porque requiere de dedicación. «Ás vacas telas que ver vixiar todos os días e ver que están ben», afirma. Y explica con orgullo que en su granja nunca se compró una vaca, sino que todas proceden de la recría. «Todas son recriadas na casa, eu axúdolles a nacer», afirma. Actualmente tienen 25 animales en ordeño, pero en otras épocas llegaron a tener sesenta. El problema es que no hay relevo generacional y ella ya se ve mayor para lidiar con más animales. «Dame moita pena», comenta, que la zona se esté abandonando, pero reconoce que la de ganadero es una profesión que requiere vocación. «Quen se queira facer gandeiro ten que gustarlle, senón é mellor que non se faga. Eu disfrutei moito deste traballo, loitamos moito, pero tamén disfrutei», cuenta.

En la categoría de ecológico, el premio fue para la ganadería Pear, que se certificó en el año 2008. «Antes xa viñamos facendo case o mesmo traballo, pero non tiñamos o certificado ecolóxico. Eu creo que hai moitas ganderías en extensivo que lles ocorre algo moi parecido», sostiene. Él está encantado con los treinta animales que ordeña cada día y que le producen 230.000 litros de leche al año y, sobre todo, con la forma de trabajar en ecológico. Y ¿cuál es su secreto para tener la mejor leche? «Aos animais hai que coidalos e estar ao tanto. Saber o que están producindo a través das analíticas», concluye. Él es un ganadero Exceleite, como los otros diecinueve galardonados en esta ocasión por su buen hacer.