Priorizar las inversiones públicas en Toques no tiene que ser nada fácil. Las diez parroquias con 85 lugares de este concello coruñés de casi 80 kilómetros cuadrados están comunicadas por más de 200 kilómetros de pistas. «E a obriga do Concello é que cada lugar teña bos accesos, ademais dos mesmos servizos», afirma el alcalde Miguel Buján. Cuenta el regidor socialista que «se temos 300.000 euros para arranxar pistas, un só proxecto xa se leva 100.000». Los números no cuadran. Tampoco le sale a cuenta al Concello el mantenimiento de servicios como el de recogida de basura. «É deficitario nuns 50.000 euros», apunta. Una subida en el recibo doméstico -de 52 euros al año- la descartan porque la recogida es semanal. Por eso Buján es partidario de aplicar en el rural una política de discriminación positiva con medidas como la gratuidad de servicios, imposible de asumir, eso sí, por la hacienda local.
«O problema que temos no rural -con una herida demográfica que no deja de sangrar- vén de vello», afirma el alcalde de Toques. A su juicio, «o futuro debería pasar por ter unha base territorial grande». Productiva. Reconoce que el sentido minifundista de la propiedad «impediu facer a parcelaria». En Toques, solo hay una parroquia con las tierras concentradas y el proceso, según recuerda, no estuvo exento de conflicto. Con todo, Miguel Buján mira a otros concellos con buena parte de su territorio concentrado y lamenta que la parcelaria haya favorecido la proliferación de extensiones forestales con rentables especies foráneas. Buján considera que desde la administración autonómica siempre se orientó el desarrollo de la comunidad hacia la franja atlántico, sin las suficientes medidas para avanzar en la convergencia territorial con el interior.
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