Santiago encarna, desde hace más de 10 años, al demonio más querido y esperado del carnaval en Teo

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

Santiago Miguélez vestido de O Demo de Reis en el 2017.
Santiago Miguélez vestido de O Demo de Reis en el 2017. XOAN A. SOLER

Cuenta los días para enfundarse el traje con el que da vida a una de las figuras tradicionales del Entroido da Ulla, O Demo de Reis

07 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace más de 10 años, Santiago Miguélez Buján lleva a un demonio dentro, el más querido y esperado del carnaval de Teo. Él encarna a O Demo de Reis, un personaje ancestral de esta parroquia asociado al Entroido da Ulla y que surgió como burla ante la invasión de las tropas francesas. Aunque menos famoso que el Oso de A Pobra do Brollón, el Boteiro de Viana do Bolo u otras figuras agitadoras del carnaval tradicional gallego, su misión es la misma: perseguir a sus vecinos, meterse con ellos y animar la fiesta. El vecino de la aldea de Olveira cuenta los días para enfundarse de nuevo el traje, confeccionado de forma artesanal «con palmeiro» a medida, y de cuya custodia y mantenimiento se encarga José Luis de Castro (del lugar de Montecelo), quien desde hace unos años le sirve como asistente en sus andanzas enmascaradas. Santi explica que Pepe da Carneira le cedió el testigo demoníaco. «Antes ninguén quería levar O Demo, non se lle tiña aprecio nin estaba valorado. Cando tocaba buscar un relevo, non había quen quixera collelo, pero nos últimos anos logramos cambiar isto», afirma con orgullo Santi. «Agora hai canteira e moitos nenos, tanto rapaces coma rapazas, din que queren ser O Demo. Parece que son o seu ídolo. Os que son máis pequeniños asústanse moito, pero segundo se van facendo grandes perden o medo, porque vanse criando con esta imaxe ano tras ano», añade él, al tiempo que asegura que aún le quedan unos años para pensar en retirarse. Lo hará, dice, cuando la edad no le permita ya seguir el ritmo del personaje carnavalesco al que da vida.

Álvaro Ballesteros

El momento que más disfruta como O Demo este teense de 39 años, operario en una fábrica de piensos en su día a día, es «cando chego ao campo da festa e están todos alí agardando por min, desde os máis maiores aos máis pequenos». En los días previos, confiesa, ya le van dando ideas: «Dinme: "Tes que ir onda aquela señora, tal mozo ou tal parella nova..." Pero, ao final, eu acabo facendo o que me da a gana». Suele ir acompañando a la charanga o orquesta, «bailo e fago trastadas». ¿Y alguien se la ha devuelto alguna vez? «Ninguén. Co Demo non se atreven», responde entre risas Santi, una persona a la que siempre le gustaron estas fiestas y ya desde niño participaba en el coro de bonitos. Confiesa que tiene que beber mucha agua para no deshidratarse y se ha llevado más de una caída, «porque o traxe tápache bastante a visión, e é fácil que acabes metendo a zoca nun burato, ou penso que estou encerellando a alguén e resulta que logo era outra persoa».

Sandra Alonso

Dar sustos es su especialidad y se sirve también para ello de su característica vara de dos puntas, «o carallo do ghallo, ou sácolle a tranca e boto a correr detrás», dice refiriéndose a un elemento fálico que forma parte del atuendo, en línea con el espíritu transgresor de la celebración. Este sábado O Demo de Reis volverá a escena, así como el domingo, a partir de las 19.30 horas, en el campo de la fiesta de Reis. Son los dos únicos días del año en los que este personaje merodea por la parroquia. Y, desde el año pasado, hay más ganas que nunca de celebrar: «O Entroido suspendeuse dous anos pola pandemia, no 2020 e no 2021. Tivemos que quedar na casa e notouse o ano pasado que a xente estaba súper ansiosa, desexando con máis forza ca nunca festexar e aproveitaban ao máximo os días do Entroido. A min é algo que me gusta desde sempre e disfrutei como o que máis».