De vender bajo una sombrilla en la plaza de Santiago a distribuir 2.000 kilos de uva por toda Galicia solo para Fin de Año

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

Óscar Brea, en la nave de Frutas Barreiro de Teo que sirve de tienda y de almacén mayorista.
Óscar Brea, en la nave de Frutas Barreiro de Teo que sirve de tienda y de almacén mayorista. PACO RODRÍGUEZ

Desde Frutas Barreiro, en Teo, confirman que la variedad sin pepita ya está plenamente implantada y prácticamente a la par que la otra

31 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta 2.000 kilos de uva saldrán, para las campanadas de esta noche, de la tienda y almacén mayorista que Frutas Barreiro tiene en Teo y se distribuirán por las cuatro provincias gallegas. No es, ni mucho menos, un récord para el negocio de Vilar de Calo, donde hace una década vendían el doble por estas fechas, pero sí impresiona teniendo en cuenta sus orígenes. «Empezaron Antonio Barreiro e Josefina Dono vendendo na Praza de Abastos de Santiago debaixo dunha sombrilla», cuenta Óscar Brea, encargado en las instalaciones que hoy dirige el hijo de aquel matrimonio, Juan Antonio Barreiro. «Logo trasladáronse ao Ensanche e montaron unha tenda minorista en Montero Ríos, onde a familia ten hoxe unha froitería. E, hai sobre 30 anos, viñéronse á nave de Vilar de Calo», añade.

Curiosamente, se pasó en ella de elaborar bollería industrial (fue la primera fábrica de Donuts de Galicia) a llenarla de palés de frutas y hortalizas. Óscar llegó a la empresa tras dar el salto al mercado mayorista —surten tanto al pequeño comercio como a la hostelería, hospitales, colegios o superficies comerciales— y desde entonces siguió creciendo: «Levo na casa 15 anos e, cando cheguei, eramos 2 repartidores e 6 persoas contratadas en total. Agora son 10 repartidores, e como 26 ou 28 traballadores».

Diciembre suele ser uno de los meses más fuertes del año, porque se junta la tradición del bacalao con coliflor en Nochebuena y las uvas para Nochevieja. «O consumo anda como o ano pasado. Desde a pandemia baixou e agora está estabilizado», dice el encargado de Frutas Barreiro, quien achaca esta bajada en la demanda a que las familias responden a la subida en los precios reduciendo las cantidades que se llevan. Evidentemente, las doce uvas son impepinables, «pero antes vendíanse por caixas e agora pídenas case contadas para axustar a compra ao máximo». Constata, además, que la variedad sin pepita está plenamente implantada y sale prácticamente a la par que la otra; cuando no las sustituyen en las campanadas por alguna alternativa (por gajos de mandarina, arándanos, uva pasa, granada, frutos secos... o incluso, entre los más pequeños, por gominolas, Conguitos o Lacasitos).

Aseguran los trabajadores de Frutas Barreiro que el 2022 fue el año del brécol y han notado el esfuerzo que hacen desde los colegios por incluirlo más a menudo en sus menús. Se preparan ahora para el repunte de enero, cuando las dietas y los buenos propósitos de Año Nuevo se traducen en un mayor consumo de fruta y verdura; «tamén é verdade que dura pouco», apuntan desde una compañía que da una salida solidaria al género que está a punto de caducar y evita al mismo tiempo el desperdicio alimentario. «Colaboramos con Cáritas, coa Cociña Económica, co Banco de Alimentos de Teo, co Proxecto Home...e tamén apoiamos ao deporte local, a equipos de fútbol e baloncesto, carreiras populares e mesmo campamentos de verán», subraya Óscar.