Esta pequeña empresa del rural supo cambiar las reglas de juego y convertirse en referente nacional

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

XOAN A. SOLER

Troquel Games, en Teo, realizó trabajos hasta para el ayuntamiento de Barcelona o Nestlé

14 feb 2021 . Actualizado a las 17:51 h.

En solo seis años, Troquel Games se ha convertido en un referente a nivel nacional en la fabricación de juegos de mesa educativos y familiares en formato bolsillo o maleta. Y, lo que es más importante, ha demostrado que se pueden cambiar las reglas de juego y ser competitivos sin renunciar a criterios sociales y medioambientales como la conciliación laboral y familiar, o la sostenibilidad. Abrió sus puertas en el 2015, en Calo (Teo), a pocos metros de la iglesia parroquial, «en un entorno rural privilegiado», destaca su director Ramón González. La mujer del diseñador, editor y fabricante de A Illa trabaja en Santiago, cuenta él, y eligieron una «zona próxima, más natural, tranquila y asequible, con buenas escuelas cerca», donde ganar calidad de vida. La empresa nació como un taller de producción artesanal para dar salida «a la demanda que teníamos a nivel editorial, pero pronto se convirtió en algo mucho más importante que la firma matriz. En poco tiempo la demanda externa era superior a nuestra capacidad, por lo que la plantilla, los procesos y las instalaciones fueron creciendo en consecuencia. Hoy somos algo así como el Inditex de los juegos de mesa», señala Ramón, quien asegura que nada de esto sería posible sin el talento que hay detrás de un equipo multidisciplinar formado por 10 personas, 7 de ellas mujeres. Destaca el papel fundamental que tienen Catuxa Negreira (socia cofundadora, xalleira, diseñadora gráfica y mujer emprendedora en el mundo industrial) y de María Parga (directora de comunicación, quien se incorporó a Troquel Games el año pasado para diseñar una campaña a nivel estatal e internacional con la que llegar al consumidor final). Hasta ahora, explica Ramón, la empresa creció «por el boca a boca, sin esforzarnos nada en el márketing, gracias a los clientes orgánicos que se ponían en contacto con nosotros». Y, aún así, sus naipes, tableros, piezas y diseños conquistaron a editoriales españolas y extranjeras, a ayuntamientos, universidades, colegios, fundaciones, empresas privadas o particulares de todo el mundo. ¿Los encargos que más les sorprendieron? «El de Nestlé, por ejemplo. Que una marca de esa envergadura nos pidiese a una empresita pequeña como nosotros una tirada de 5.000 juegos me parecía algo increíble. Y también hemos colaborado muchísimo con el Ayuntamiento de Barcelona, que, aunque tira mucho para casa, en su día confió en lo que se hacíamos en la otra punta de España, y repitió». En este último año, la pandemia provocó «toda una avalancha» de pedidos, buscando alternativas de ocio para «desconectar del mundo digital», y Troquel Games fue además una de las 25 empresas elegidas por la Red Rural Nacional como ejemplo de buenas prácticas y emprendimiento de nuevos habitantes neorrurales. 

Troquel Games también marca la diferencia en su modelo de conciliación laboral y familiar, uno de los pilares de este taller en el que los trabajadores son considerados un valor añadido y donde se pone en valor el talento personal. Las jornadas aquí son de 30 horas semanales, en horario de mañana y con entrada salida flexibles. En la fabricación se utiliza cartón reciclado y madera de bosques sostenibles en lugar de plástico y se produce con el menor impacto ambiental posible, de una forma artesanal. Actualmente, la empresa se ha centrado en abarcar todo el proceso, desde la fabricación hasta la distribución y está en plena campaña de internacionalización. Ramón González sostiene que cada vez están calando el cómo y no solo cuánto se produce. Repara en que hay inversores que ahora solo apuestan por aquellos proyectos que generen impacto o valor social. «Algo está cambiando, afortunadamente», dice un empresario que cree que «las cosas se pueden hacer bien y tener una mayor calidad de vida y un mundo mejor». Para él, el modelo clásico de crecimiento perpetuo en un ecosistema finito es un error y, en su lugar, defiende que «las empresas no deberían crecer a costa de todo. Nosotros no queremos seguir creciendo constantemente. Llegará un punto en el que encontremos un equilibrio entre la oferta, la demanda y el impacto que estamos teniendo. Será el momento de mantenerse». El director de la empresa de Calo cree firmemente y practica la producción responsable y bajo demanda, lo que implica no hacer por hacer juegos de mesa, sino solo aquellos que tienen un destinatario y se van a utilizar. Confiesa que para llegar a donde están, hubo que dedicar mucho tiempo a la investigación y él mismo empezó fabricando y troquelando. Venía del mundo de la consultoría tecnológica y eso ayudó a la hora de modificar varias máquinas y adaptarlas a sus necesidades específicas. Matiza, además, que fue clave rodearse de talento y personas de confianza que fueron formándose sobre la marcha, abarcando un amplio espectro de habilidades: diseño, carpintería, impresión 3D, ilustración, encolado, posprocesados, comercialización, etcétera. ¿El resultado?  «Un sistema de producción propio que no se está en ningún otro lugar de Europa», sostiene. 

Alcaldes «entroideiros»

Desde que en el verano del 2011 asumió la alcaldía de Vedra, Carlos Martínez lleva disfrazándose religiosamente cada año cuando llega el entroido. Y, por mucho que el covid haya condicionado este 2021 la celebración del carnaval, el regidor popular no renunció a esta costumbre. Ya fue de Maléfica, de chulapa, del Zorro, de vikingo, romano, hada mágica... En esta ocasión acudió el viernes disfrazado a cumplir con sus obligaciones a la casa consistorial, al igual que otros trabajadores. El alcalde vedrense se metió en la piel de un famoso cantante británico y retó a través de las redes sociales con un vídeo a descubrir de quién se trataba (pista: el artista en cuestión es moreno, aunque se tiñese de rubio). El regidor teense, Rafa Sisto (Son de Teo), también hizo un guiño al entroido tradicional junto a su hijo, Teo, metidos en la piel de dos Xenerais da Ulla con un tricorne y cabalgando a lomos de los caballitos de madera de la carballeira de Francos.

XOAN A. SOLER

Disfraz y mascarilla

El ambiente de carnaval se abrió paso en Compostela y algunos valientes acudieron a hacer la compra disfrazados. Y, en la Plaza de Abastos, también puso la nota de color algún puesto de venta de pescado.

XOAN A. SOLER