«Por seguridade, o sistema que mide o radón debería estar en todas as casas»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

TEO

XOAN A. SOLER

La USC y el Concello de Teo registran las emisiones de este gas en 180 viviendas unifamiliares

28 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El gas radón es radiactivo, no huele y no avisa, pero su exceso incrementa las posibilidades de padecer cáncer de pulmón. Y además, en el 70 % del suelo gallego la superficie de Galicia sus emisiones naturales están por encima de los niveles recomendados para la salud. Por eso proliferan las mediciones de este peligroso gas.

Jesús Longarela López, arquitecto técnico de profesión y vecino de Sebe, en Teo, vive en una de las 180 viviendas unifamiliares de este municipio que participan en un estudio encargado por el Concello a la USC, que ha distribuido los dispositivos para medir el radón. Longarela conoció esta iniciativa al publicitarla el Concello y se anotó sin dudarlo, ya que su vivienda dispone de ventilación para tener el radón a raya y quiere comprobar su eficacia.

Del sistema medición destaca su sencillez: «Son dous botiños que hai que colocar a certa altura en espazos como o salón e o dormitorio». En estos tiempos de covid, el material le llegó por correo con sencillas instrucciones para instalarlo. Para que los datos de la medición sirvan para el estudio deben permanecer en la vivienda tres meses, pero se pueden cambiar de sitio «e movelos para limpar sen ningún tipo de problema». Transcurridos los 90 días, el proceso se repite pero a la inversa: los botes se envían a la USC en un sobre que le llegó con los aparatos de medición y se cubre una ficha con datos concretos de fecha de instalación y retirada.

En su caso, los dispositivos le llegaron hace una semana. Con este mecanismo midiendo las emisiones del gas su casa, Jesús Longarela considera que su uso tendría que ser el pan de cada día. «Por seguridade, este sistema debería estar en todas as casas, e que a xente saiba que simplemente cunha boa ventilación xa se pode reducir o radón nas vivendas», afirma, no sin destacar que si toda la población tuviese acceso a estos dispositivos de forma generalizada y sin coste, también aplicaría sin problemas las medidas para reducir el riesgo de la exposición prolongada al radón.

En su caso, como arquitecto técnico que trabaja sobre todo en obra pública, destaca que los medidores de este gas y los sistemas de ventilación son un elemento más de las nuevas construcciones, por lo que el siguiente paso debería ser incorporarlo en las casas. «Sen iniciativas deste tipo, moita xente non sabe que está exposta ao radón, e se o soubera podería baixalo a niveis que non afecten á saúde», lamenta.