Casa Cachóns, consumo «casi cero»

A. F. C. FERROL / LA VOZ

TEO

LUIS DÍAZ DÍAZ

Arrokabe Arquitectos firma esta vivienda de Teo

22 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Para los hermanos Iván y Óscar Andrés Quintela, Arrokabe Arquitectos (Santiago), el salto al passivhaus resultó algo natural. «Llevábamos años construyendo con altos niveles de calidad, y eso tiene que ver, en gran parte, con la eficiencia energética. Pero la certificación exige llevarlo a niveles más altos y poder demostrar que se cumplen los estándares [...]. Nuestra gran ventaja es que somos especialistas en construir en madera, un aislante térmico natural», señala Iván.

El azar también tuvo algo que ver. En un curso conoció a un ingeniero, del que acabó haciéndose amigo. Él también se interesó por el passivhaus y de esa relación surgió Casa Cachóns, en Teo, una vivienda sin gasto en calefacción ni aire acondicionado (protegida del soleamiento con aleros fijos y un emparrado).

«Lo más complicado, o novedoso, era que tenía que pasar una prueba que te podía mandar todo el trabajo al traste. Por eso hay que asegurarse de que todos los sellados se ejecutan con muchísima precisión y hacérselo ver al constructor. Algo muy importante fue no dejar el ensayo de estanqueidad al aire para el final, hicimos tres, en distintas fases», detalla.

Iván destaca el papel de la arquitectura para favorecer el proceso y disminuir el gasto energético: «Tirar pocos metros en espacios que no vayas a utilizar, una mala distribución te obliga a tener pasillos que hay que calentar; una buena orientación [clave en el passivhaus], para que reciba el máximo soleamiento posible; y poca superficie de contacto con el exterior en relación al volumen». Cuando visita a sus amigos constata que en Casa Cachóns «se vive maravillosamente, la sensación de confort por la temperatura y la continua recirculación del aire... No hay olores ni cuando cocinas».