Vuelven las comuniones con el fin del estado de alarma, aunque a paso lento

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

El nuevo aforo reduce la asistencia de familia y amigos en las ceremonias grupales

21 jun 2020 . Actualizado a las 18:04 h.

Con el fin del estado de alarma, empiezan a reanudarse las ceremonias en las iglesias y a celebrarse banquetes en los salones de bodas y eventos. El ritmo de actividad es aún lento y esta está condicionada aún por las nuevas normas higiénicas y sanitarias. Con grupos reducidos, distancia de seguridad y mascarillas vuelven los «sí, quiero», las primeras comuniones y bautizos.

La Colexiata de Sar, una de las parroquias con más comuniones de la ciudad, acogía ayer la primera ceremonia grupal. Seis niños, arropados en la iglesia solo por padres y hermanos para no superar el límite de asistencia del templo (100 personas máximo), se engalanaban para la ocasión. «Tengo grupos muy reducidos y los padres están de acuerdo en que solo vengan los familiares más cercanos», afirma el párroco, José Porto Buceta, quien explica que a pesar de las limitaciones «muchos han decidido seguir adelante», por lo que ve inviable oficiar celebraciones individuales.

«No me llegarían los domingos», asegura Porto Buceta; si bien «varias se han pasado al año que viene». A esto se suman los bautismos, indica: «Aunque no son tantos como antes, todos los sábados hay al menos uno». Lo que aún no acaba de arrancar son las bodas y en su parroquia se oirán este verano solo un par de «sí, quiero» porque el resto se aplazaron hasta el 2021.

Flexibilidad en las fechas

También ayer se retomaban las primeras comuniones en O Milladoiro, que al igual que en el caso anterior son grupales -de entre cuatro y seis menores- y con límite de invitados por familia para respetar un aforo fijado en 140 personas (en condiciones normales cabrían hasta 800). En esta unidad pastoral, que incluye también otras parroquias de Ames, Teo y entorno, tienen programadas hasta noviembre otras 83 comuniones y una veintena se trasladaron al próximo año, señala el párroco José Manuel Guldrís: «Hemos mantenido las fechas, pero los padres pueden cambiar de día cuando les conviene. No es algo rígido, porque nunca sabes si puede caer enfermo un familiar o cualquier otra eventualidad».

Destaca Guldrís que, por la experiencia que tuvo hasta ahora en los bautizos que ha ido celebrando, puede constatar que «la gente es muy responsable, me atrevería a decir que más que el legislador, y vienen con todas las precauciones del mundo». En cuanto a las ceremonias nupciales, la mayoría han sido pospuestas hasta septiembre u octubre; y de las 12 previstas en toda la unidad pastoral, dice, «solo se han mantenido 3 o 4 y porque la idiosincrasia del enlace ya era hacer algo sencillo, con poquitos invitados».

A diferencia de los anteriores, en San Fernando se están haciendo las primeras comuniones individualmente, cuenta el cura José María Pintos. En la parroquia del Ensanche compostelano ya celebraron dos la semana pasada y hoy habrá otra, aunque «la mayoría ha preferido esperar a principio de curso para hacerla», continúa. Con capacidad hasta para 450 asistentes, en este caso solo afecta al número de invitados cuando el bautizo tiene lugar durante la celebración de la misa ordinaria, algo que a veces se hace, y hay que tener en cuenta que al resto de fieles para no sobrepasar el límite de personas permitidas.

«El próximo mes tenemos el primer banquete grande, una boda con más de 130 invitados»

Equipado para todo tipo de celebraciones, el restaurante Los Robles, en Teo, suele estar entre los salones de eventos más demandados. Uno de sus copropietarios, Luis Sevilla, explica que «hasta julio no hay prácticamente nada, solo un convite pequeño para 25 comensales el día 28. El próximo mes tenemos el primer banquete grande, una boda con algo más de 130 invitados y estarán en un espacio amplio para que se sientan cómodos, con mesas para 10 personas y manteniendo las distancias entre unas y otras». Según constatan varios profesionales del sector, «algunos padres están optando por hacer la comunión para que el niño no tenga que volver a hacer de nuevo la catequesis, pero van a esperar para realizar más tarde una fiesta con más gente».

En el caso de Los Robles, «había comuniones que estaban en el aire o suspendidas que ahora sí se van a hacer; y hemos contratado estos días varios bautizos». Con todo, apunta Sevilla, la situación está lejos aún de ser lo que era: «Vamos a hacer en todo julio lo que se haría en un solo domingo otro año. Y seguramente haya más bajas... Si antes invitabas al banquete a 100 y fallaba un 20 %, ahora puede que sean más».

Solo en jornadas puntuales, señala el gerente del grupo Scala, habrá más acción: «En días como el 25 de julio o el 15 de agosto juntaremos a unas 300 o 400 personas entre las comuniones». Con todo, ya se ha perdido alguna fecha importante este mes, con hasta 24 ceremonias suspendidas, dice Manuel Villar, quien calcula que se mantienen cerca del 40 %. «En lo que también lo vamos a notar es en los grupos de romerías o concellos que vienen por libre, porque todo eso se canceló. No se sabe cómo se funcionará tras el verano y si habrá rebrote, pero nosotros damos ya el año por perdido».