El inventario recoge también las formas predominantes, y en ese sentido, el arte rupestre de la comarca no se diferencia mucho de las características generales de las estaciones gallegas como conjunto. Las llamadas coviñas o cazoletas -orificios horadados en las rocas- son las más abundantes, ya que se catalogan hasta 52 en los parques rupestres recogidos en el área de Santiago. Estos grabados geométricos son también, junto con las combinaciones circulares -veinticuatro en la comarca- las que dominan en la totalidad del mapa diseñado por los expertos de la Universidade de Santiago. En menor medida se estudiaron también círculos simples, varios prehistóricos, varios históricos, formas animales o zoomorfos, armas y grabados cruciformes.
Contra el abandono
El inventario no es definitivo. Como sus propios autores reconocen, «é moi probable que o número de petroglifos catalogados sega aumentando nas próximas décadas». Lo cierto es que la maleza y el abandono de las zonas rurales en las que se encuentran juegan a menudo en su contra, y resulta contradictorio constatar que a veces son los incendios, principales enemigos de su conservación, los que permiten descubrirlos, por la desaparición de la maleza que los esconden.