8.796 pesetas

Emma Araújo A CONTRALUZ

TEO

29 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En muchas ocasiones los números tienen más valor que las palabras, sobre todo si hablamos de cantidades de dinero. Y aquí va una: 8.796 pesetas. Para las personas que crecimos en pesetas y nos hipotecamos en euros esta equivalencia de poco más de cincuenta euros no nos dice demasiado, simplemente es un billete y varias monedas que tienen vida propia porque desaparecen de la cartera casi por arte de magia y nunca vuelven a dar señales de vida.

Cincuenta euros suponen en más países de los que podríamos imaginar el sueldo medio por treinta días de trabajo si eres un hombre, y de casi dos si eres una mujer. Y de los niños, mejor ni hablar.También es una buena forma para explicar un expolio revestido de legalidad. Porque 8.796 pesetas es el dinero que en 1938 salió del municipio de Teo para contribuir a la compra del pazo de Meirás para la familia Franco, la misma que nos mira tan por encima del hombro que se permite el desdén de ceder las estatuas de Isaac y Abraham para exponerlas en Santiago, ciudad de donde se las llevaron también por la particular forma que tienen algunos de entender lo que es un regalo.

En la misma época de tan singular recaudación para el pazo de Meirás una mujer recién llegada de Argentina, mi abuela Carmen para más señas, le dio a su padre parte del dinero que ganó tras una década trabajando sin parar. Y para darle uso a uno de esos billetes el pobre hombre tuvo que recorrer más de treinta kilómetros para cambiarlo en un banco. Esta historia, y miles como ella, explican mejor que cualquier cálculo el verdadero valor, económico y moral, de esas 8.796 pesetas.