Reparan los destrozos en el cruceiro de Visantoña

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE / LA VOZ

SANTISO

NOGUEROL

El impacto de un camión causó daños en la escalinata de la pieza, que se protegerá con bolardos

29 jun 2019 . Actualizado a las 05:05 h.

Los vecinos de Visantoña, en Santiso, no tendrán que desplazarse a A Coruña para exigir ante la delegación provincial de la Xunta la reparación de los daños que, en octubre del año pasado, causó en la escalinata del cruceiro de la parroquia un vehículo de grandes dimensiones. Las movilizaciones que, semanas atrás, anunció el sacristán y presidente de una recién constituida asociación vecinal, Daniel Roibás, en protesta por el retraso en el arreglo de la estructura por parte de Patrimonio carecen de sentido. Y no solo porque ayer dio comienzo la actuación. También porque la intervención estaba a la espera de que la meteorología acompañase para poder ejecutarla desde que en mayo Patrimonio le concedió el preceptivo permiso al Concello de Santiso. Como propietaria que es del cruceiro, la administración municipal asumió la redacción del proyecto de restauración y ahora hace lo propio con la ejecución, aunque será la aseguradora del vehículo que provocó los daños la que asuma los costes.

En cualquier caso, los trabajos autorizados por Patrimonio -que se prolongarán durante, a lo sumo, un par de días- consisten en la limpieza en seco y aclarado en húmedo del cruceiro, y en la colocación, asentamiento y encintado en su emplazamiento original de los peldaños desplazados por el golpe del camión, según explicó Marta Díaz, restauradora de BIC materiales y conservación S.L., la empresa que redactó y ejecuta el proyecto. Lo que no podrá repararse, a pesar de estar planificado, son las rupturas que el impacto causó en los peldaños, toda vez que las piedras en las que se fracturó desaparecieron de los pies del cruceiro y la actuación autorizada por Patrimonio no contempla realizar injertos. La intervención se completará con la colocación de bolardos perimetrales para proteger el cruceiro, que pese al «considerable» golpe en la escalinata «no resultó afectado», indicó la restauradora. La medida se impone como necesaria, ya que la estructura, del siglo XVIII y con categoría de BIC, se encuentra en un cruce de caminos, por lo que está sobreexpuesta a incidentes viarios. De hecho, tal y como observa Marta Díaz, «tiene golpes anteriores por todos lados».