La Competencia de León desembarca en el casco histórico y arrasa con sus pizzas

SANTIAGO CIUDAD

Dos de los socios trabajaron en el local mientras estudiaban, y después se convirtieron en los emprendedores que impulsan su expansión
13 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El casco histórico es el lugar elegido por la pizzería La Competencia, con origen en León, para desembarcar en Galicia. «Teníamos en nuestro plan de expansión abrir aquí, y estuvimos buscando local. Pensamos en A Coruña y Vigo, pero surgió el bajo de Santiago, y nos pusimos a ello», explica Joaquín Trigueros, uno de los tres socios de la pizzería de moda que está arrasando con sus pizzas «de masa fina» en la plaza de San Agustín. El local escogido para estrenarse en Galicia corresponde al bajo en el que, hace algún tiempo, estuvo una sucursal bancaria. El primer negocio de restauración fue abierto por una conocida saga de hosteleros, de la rúa do Franco, y lo hicieron con el nombre de A Sucursal, en recuerdo a la primera actividad. Después abrió A Sucursal de Moha, y ahora finalmente La Competencia. Joaquín y Javier Prieto, otro de los socios, comenzó a trabajar en el primer restaurante de la cadena en León mientras ambos estudiaban. Joaquín terminó Derecho hace unos 20 años, y recuerda que «tenía que tomar una decisión. Seguir con Derecho y hacer oposiciones, pero me plantearon que podía asociarme, y nos lanzamos los dos». Tanto Joaquín como Javier plantearon al socio fundador José María Lozano la idea de implantarse en otras localidades, y «desde entonces no paramos de crecer». Todo empezó en 1992. Primero fueron abriendo en localidades de Castilla y León, entre ellas Zamora, Ponferrada, Salamanca y Palencia; después siguieron hacia Asturias, y ahora Galicia. En Santiago, Sebastián Bermúdez y Bruno Ruiz son los dos responsables del restaurante, que en poco tiempo ha conseguido hacerse un hueco entre los locales más visitados por compostelanos y turistas. «El secreto de nuestros productos es que son elaborados por nosotros, en un obrador de León», y también «el personal. Sebastián y Bruno son la nueva generación de negocio», explica Joaquín. Algo que «nos está agradando es que funciona muy bien el boca a boca. Nos dicen que nos conocen de los restaurantes de otras localidades y por eso entran», comenta Joaquín, que considera que «es una muy buena señal. Si nos buscan es que funciona». Desde que se plantearon abrir, reconocen que los trámites y permisos retrasaron la apertura, pero «ahora todo está encaminado» y están consiguiendo atraer el interés de compostelanos y foráneos. Solo quede desearles buena suerte.