El navío Santa Isabel acapara miradas en la vitrina de un comercio de Pontepedriña

SANTIAGO CIUDAD

José Antonio Barreiro hizo dos maquetas del barco que naufragó en Sálvora en 1921 y que se cobró las vidas de 213 personas
10 jun 2025 . Actualizado a las 04:47 h.Cuando Amparo Couselo, enfermera del Hospital HM Rosaleda, le regaló a José Antonio Barreiro Romero un libro en el que se contaba la historia del naufragio del barco Santa Isabel lo hizo para animarle y sacarle de la depresión que sufría por su convalecencia. La sanitaria acertó, porque José Antonio llevaba años intentado conocer todos los detalles de una historia de la que había empezado a oír hablar cuando, siendo un chaval, iba a Sálvora a recoger la mejilla. «Era un tema do que se falaba pouco ou nada. No 1961 aínda era un tabú, pero sempre tiña as gañas de coñecer o que pasou», confiesa. José Antonio fue marinero de joven, mejillonero de mozo y ahora, jubilado de «Fenosa, e con moito tempo libre». Buena parte de ese tiempo lo dedicó a crear la maqueta del Santa Isabel. La que estos días puede verse en el escaparate de Radio Teledomestic, en Pontepedriña, es la segunda maqueta que crea José Antonio. «A primeira non era totalmente exacta, pero esta é tal cal», apunta.

El maquetista conoce todos los detalles del aquel naufragio. Sucedió el 2 de enero de 1921, «un día de festa. Toda a xente de Sálvora fora á festa a península. Na illa estaban catro rapazas de 15 a 20 anos, que foron na dorna e salvaron a vida dunhas 30 persoas». En la tragedia perecieron 213. Las heroínas de Sálvora fueron Cipriana Crujeiras, Josefa Parada, María Fernández y Cipriana Oujo. José Antonio, que fue marino durante muchos años, recuerda que el mar en Sálvora «sempre está revolto, pero ese día había moi mala mar». José Antonio vive en Santiago desde hace más de cincuenta años y se siente compostelano, por eso está orgulloso de exponer su trabajo en el comercio de Pontepedriña de Manuel Vidal Cives, al que le une una amistad de muchos años. Su maqueta despierta la atención de quienes pasan por la calle y se detienen para apreciar cada uno de los detalles del navío. Los materiales empleados son «maioritariamente reciclados, e todo feito a man». Uno de los detalles más curiosos está en los remaches de la cubierta: «Son 1.400 puntas, postas unha a unha». Señala que la maqueta, de 1,80 metros de longitud por 24 centímetros de ancho, «tamén a probei no mar. E flota». Su construcción —que le llevó algo más de 3 meses, menos sábados y domingos— está cosechando éxitos. «Moita xente para e fai fotos. Un capitán da mariña quería compralo, pero non o vendo», apunta. Esta maqueta viajará a otros destinos, como A Coruña y «quizais Bilbao». La razón es que la mayoría de las personas que iban en el navío eran de la capital vizcaína, puerto de partida del barco de pasaje y carga. Su ruta paraba en Santander, Asturias, A Coruña, Vilagarcía, Vigo y Cádiz, donde el pasaje iba a embarcar hacia América. Pero se le cruzó Sálvora.