Bugallo adelanta dos meses su renuncia como senador para arropar en el juzgado a los concejales expulsados por el PSOE

SANTIAGO CIUDAD

Los cuatro ediles defienden que se suspenda cautelarmente su salida del grupo municipal
10 may 2025 . Actualizado a las 21:07 h.El exalcalde de Santiago Xosé Sánchez Bugallo ha decidido adelantar dos meses su dimisión como senador, que debía producirse el 23 de julio en virtud del acuerdo al que llegó su partido, el PSOE, para que le tome el relevo el que fue regidor de Oroso, Manuel Mirás. Un gesto que el exregidor califica como de «coherencia e responsabilidade» por su apoyo a los cuatro concejales a los que el Partido Socialista ha expulsado, Gonzalo Muíños, Mila Castro, Mercedes Rosón y Marta Álvarez, que ayer acudieron a los juzgados compostelanos para asistir a la vista para determinar si se admite la medida cautelar de suspender su salida del grupo municipal hasta que no se resuelva la demanda que los ediles interpusieron para evitar esta decisión.
Bugallo estaba citado a esa vista de las medidas cautelares como testigo «e a miña obriga é falar a verdade, con claridade e ningún tipo de condicionantes e me pareceu que se podía producir unha situación difícil de entender, dunha certa complexidade, se comparecía mantendo a miña posición como senador do Partido Socialista», explicó el regidor, que también anunció que hace ya dos meses que renunció a ser presidente provincial, algo que no había trascendido, y que queda ahora como un simple «militante de base», algo que espera «seguir sendo toda a miña vida».
El que fue alcalde de Santiago entre 1998 y 2011 y también entre el 2019 y el 2023 matizó antes de entrar en los juzgados que, más que posicionarse a favor de los cuatro concejales expulsados del PSOE lo hace «cun concepto da política» porque «a parte esencial da democracia é a vontade dos cidadáns», por lo que «os representantes electos dos cidadáns deben gozar de respecto e incluso dunha autonomía importante para actuar en representación dos cidadáns que os elixiron. En caso contrario podemos transmitir á sociedade unha imaxe horrorosa, que creo que se está transmitindo en certa medida» porque, añadió, se genera «unha enorme desconfianza nos partidos políticos e nas institucións».
La dimisión anticipada de Xosé Sánchez Bugallo es una muestra de hasta qué punto el conflicto interno en el PSOE compostelano ha sacudido al partido y merma sus opciones de un buen resultado electoral en el futuro.
Consecuencias «irreparables» si se consuma la salida de los ediles del grupo municipal
La vista celebrada en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Santiago para determinar si se suspende o no cautelarmente la expulsión del grupo municipal del PSOE compostelano de los ediles Gonzalo Muíños, Mila Castro, Mercedes Rosón y Marta Álvarez es la última baza que los concejales tienen antes de verse obligados a pasarse al grupo no adscrito. Para su abogado, el penalista Evaristo Nogueira, su petición debería prosperar «porque afecta ao mandato representativo. Os cidadáns votaron a un partido político e aos membros dese partido político», señaló.
El letrado entiende que esa voluntad democrática de los ciudadanos se vería anulada si el PSOE logra ahora expulsar a los cuatro ediles porque, al no formar parte ya del grupo municipal socialista, perderían la capacidad para desarrollar su función política al cien por cien. Por ejemplo, no podrían contratar personal, ni tendrían un espacio físico en el Concello y tampoco podrían participar en los consejos de administración, entidades y órganos colegiados de los que forma parte el Ayuntamiento.
Un perjuicio que, advierte el representante legal de los cuatro ediles, sería «irreparable» si el juzgado no acepta suspender cautelarmente su expulsión del partido «porque a demanda principal [contra la expulsión] pode tardar un ano ou ano e pico en dilucidarse». Es decir, que si finalmente se anula la salida del grupo municipal, ya no podría darse marcha atrás y las siguientes elecciones estarían muy cerca.
Además, los ediles consideran que su expulsión no está justificada porque se produjo «por non comparecer a unha reunión á que o portavoz [que era Muíños] non estaba convocado e na que por mandato imperativo, pero sen ter a competencia, o comité municipal socialista designaba un novo portavoz, cando esa competencia é única e exclusivamente do grupo municipal socialista», añade Evaristo Nogueira.