Carmen Dourado, directora de Acougo: «Aún hay muchos prejuicios y desinformación sobre la acogida de menores»

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Carmen Dourado junto a la sede que tiene Acougo en el barrio de Conxo, en Santiago.
Carmen Dourado junto a la sede que tiene Acougo en el barrio de Conxo, en Santiago. SANDRA ALONSO

Esta padronesa, vecina de Santiago, lleva más de una docena de experiencias a sus espaldas y ve necesario que sociedad y Administraciones hagan un esfuerzo mucho mayor

14 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera vez que su familia se estrenó en la acogida de menores, vivieron en su casa dos gemelos de 4 años durante casi un año. Han ofrecido un techo y un hogar seguro a más de una docena de casos desde entonces, pero esos hermanos, que actualmente son ya unos adolescentes, aún pasaron este verano un mes con Carmen Dourado y los suyos. Esta padronesa, afincada en O Castiñeiriño (Santiago) fue una de las fundadoras en el 2020 de la Asociación Galega de Familias de Acollida (Acougo), ocupó el cargo de presidenta y hoy es directora técnica. Ella defiende que el desconocimiento social que existe sobre el sistema de protección de menores hace que muchas familias no lleguen a acoger a niños o jóvenes que por algún motivo no pueden vivir con sus padres o parientes cercanos y, en general, existen muchas dudas en cuanto a la temporalidad: «Hay acogidas de urgencia y otras temporales, entendiendo que la protección de la infancia es hasta los 18 años, cuando eres considerado mayor de edad. Pero, cuando hablamos de una familia, de un vínculo o apego, los plazos no existen».

«Los requisitos no son tan diferentes a los que ponen para la adopción. Hay que ser mayor de 25 años y tener la capacidad de acoger y cubrir las necesidades de ese menor a todos los niveles: médicas, psicológicas... No se busca una solvencia económica brutal ni estar por encima del nivel medio de vida. Tenemos familias acogedoras estupendas que son mileuristas. Tú tienes que tener ingresos suficientes para vivir tú y mantener tu casa, no al niño o niña, ya que para cubrir esa parte recibes una ayuda institucional», aclara la trabajadora social.

A pesar de la labor divulgativa que lleva realizando en estos últimos años Acougo —que hoy cuenta con 120 socios en toda Galicia y de sus programas se benefician unas 160 familias—, dice Dourado que «aún hay muchos prejuicios y desinformación. Una vez que te adentras en este mundo se escuchan historias muy duras, que no te permiten quedarte en un segundo plano, y suceden aquí mismo, al lado de nuestra casa. Para aportar un grano de arena no existe un único formato sino que, ente las distintas medidas de acogimiento en tiempo parcial, también hay la posibilidad de responsabilizarte de los niños o niñas durante el fin de semana o las vacaciones, por ejemplo, y ser su persona de referencia, porque cada uno tiene su circunstancia particular». Ella echa en falta «más recursos y apoyo a las familias de acogida, pero sobre todo una conciencia plena de los derechos de los niños y de las niñas. Hace falta ponerlos en el foco, tener en cuenta sus procesos y no decidir desde el adultocentrismo».

Considera, por tanto, que hay que hacer un esfuerzo mucho mayor, teniendo en cuenta que Galicia es la cuarta comunidad autónoma con más niños menores de 6 años viviendo en centros de acogida y recuerda que «los menores 3 no pueden estar institucionalizados. Por ley, un bebé tiene que estar con una familia, en una acogida residencial. Hoy hay 77 niños y niñas de menos de 6 años viviendo en centros institucionales y debería ser una prioridad encontrarles un hogar, respetar el pacto por la garantía infantil, porque esta primera etapa de la vida es crucial y tener una figura de apego o de referencia más estable que la de un trabajador que cada 8 horas acaba su turno y entra otro. Como sociedad estamos fallando porque hasta los mayores de 6 años tienen un derecho universalmente reconocido que se está vulnerando», defiende la portavoz de Acougo, con sedes en Pontepedriña y Manuel María. 

En Acougo trabajan actualmente 14 personas, entre directiva y equipo técnico, y Dourado destaca el papel «fundamental» de las asociaciones para que el ciudadano de a pie se implique y se informe, para combatir la invisibilización, y «hacer tribu». «Sentir el respaldo de otras familias es reconfortante», subraya. La provincia de A Coruña, indica, es la más acogedora de Galicia y Santiago, como una de las grandes urbes, destaca por el número de acogidas en casa ajena (es decir, en hogares donde el menor no tiene ningún vínculo de sangre, como sucede con la llamada acogida en familia extensa, en la que casi siempre son mujeres, habitualmente abuelas, las que se hacen cargo del niño ante una eventualidad).

Cuando se acaba de cumplir un mes del asesinato de una educadora en un piso tutelado de Badajoz, la directora de Acougo hace hincapié en distinguir los centros de reforma de régimen abierto o cerrado para menores infractores, que han vulnerado la ley, respecto a acogidas en residencia o centros de protección que no son de reforma. Aclara este matiz, porque es fácil estigmatizar o confundir dos realidades que son, en la práctica, muy distintas y que no deberían llegar a mezclarse nunca, aclara. Dicho esto, reconoce que «las agresiones se producen de forma bastante más habitual de lo que parece en centros de régimen medio, abierto o cerrado. Tiene que haber más de un educador por cada cuatro menores, personal de seguridad... Estos casos, tan devastadores, nos tienen que ayudar al menos a que todos nos pongamos un poquito las pilas y se ponga remedio a ciertas situaciones que se pueden evitar», sostiene. Hay que tener en cuenta, añade, «que la infancia no vota y viene, en muchos casos, de familias que no tienen herramientas ni mecanismos para conocer sus derechos. Son los grandes olvidados. Hay que sacar esto a la luz para atender sus derechos y necesidades, dando los recursos necesarios a las personas que trabajamos con la infancia más olvidada». En cuanto a las voces que piden un endurecimiento general de la responsabilidad penal de 16 años en adelante, ella defiende que, en todo caso, habría que tener en cuenta el tipo y gravedad del delito, y la capacidad del menor para entenderlo. «A veces sucede que hay chavales, con unas vidas tan sumamente desestructuradas, con un daño de infancia irreparable, que fueron abusados, abandonados, invisibilizados y metidos en un recurso en el que nadie mira para ellos, donde todo son problemas y se tratan como apestados, que acaban reaccionando contra esa sociedad... una sociedad que no reparó en todo el daño que se le hizo en su infancia, sin haberlo merecido».

Acougo. Nace para apoyar a las Administraciones y otras entidades del sistema que trabajan en la protección de los menores en Galicia, para ofrecerles de forma temporal un hogar estructurado, sin perder el contacto con su familia biológica, siempre que esto sea posible.

Acciones. Una de sus prioridades es difundir la acogida residencial de menores en situación de desamparo o riesgo, dar apoyo a las familias acogedoras e incluso capacitarlas con acciones formativas en distintos grados y niveles.