LaFemme: una historia de mujeres pioneras, avanzadas a su tiempo, y al servicio de otras

SANTIAGO CIUDAD

Tras este centro de estética y alta cosmética de Santiago hay un relato de independencia y emprendimiento femenino
07 mar 2025 . Actualizado a las 10:46 h.En los días previos al 8M salen a relucir muchas historias relacionadas con mujeres que fueron o son un ejemplo de inspiración. No hace falta irse lejos para encontrarlas. Muy cerca tenemos casos como el de LaFemme. Detrás de este centro de estética, alta cosmética y medicina estética santiagués hay tres generaciones de mujeres, una saga que arrancó con Piedad Míguez, una pionera y avanzada a su tiempo que trató de hacer la vida de otras más llevadera. «Mi abuela, que era de Casalonga (Teo), se mudó a Viveiro con mi abuelo, que fue ATS y podólogo, y allí comenzó a ejercer. Ella iba al mercado y veía a muchas señoras con pañoleta. Siempre fue una persona comunicativa y descubrió que no mostraban sus rostros porque les daba vergüenza enseñar el vello. Por aquel entonces se afeitaban con la maquinilla de los hombres y se tapaban por complejo. Mi abuelo, casualmente, iba pinchar a una señora de Madrid que pasaba sus veranos en Galicia y vio un aparato que le llamó la atención. Él era un fan de la tecnología y la señora le explicó que era una máquina para su futuro centro de estética madrileño, que nunca llegó a abrir. Ella había estudiado Estética en Francia y, cuando le dijo que pensaba que a su mujer le encantaría, se ofreció a enseñarle todo lo que sabía», relata su nieta, Sandra Chorén.
Piedad decidió al cabo de un tiempo irse a estudiar fuera. «Tenía un bebé y un hijo de 3 años y los dejó con su marido y suegros para formarse en Barcelona, París y A Coruña, algo muy poco común en la época. Volvió preparada para dar solución a los problemas estéticos que había a su alrededor y montó en su propia casa de Viveiro su primer salón de belleza, llamado LaFemme, en honor a la mujer y al origen francés de su formación inicial. La gente empezó a acudir a ella, hasta tal punto que montó una consulta en Ribadeo para dar sus servicios a la gente que venía de la cornisa cantábrica. Ahí empezó a emplear a otras mujeres. Fue una precursora, que siempre defendió que teníamos que ser independientes y tener nuestra propia fuente de ingresos, e incluso hizo tratamientos gratis a mujeres que no se lo podían permitir, ya que se trataba de darles seguridad en sí mismas, más allá de la parte estética. Cuando le dieron a mi abuelo una plaza en el ambulatorio de Santiago trasladaron todo para aquí, en el 73», añade.
Ese año se inauguró el centro de la República de El Salvador y en el 90 fue de nuevo pionera en Galicia al introducir la medicina estética en un centro de belleza. Su hija, María Piedad Márquez, la tercera de cuatro hermanos, mamó desde muy pequeña la profesión. Trabajó con su madre desde el 79, formándose en estética y dermocosmética en París y Barcelona (entre otros sitios). Cuando la fundadora se jubiló, en el 2003, continuó al frente del negocio familiar. Ahora se encuentra en proceso de retirada, después de haber dedicado 45 años de su vida a ello. Fue ella quien creó un segundo centro, en Montero Ríos, a pie de calle, para hacer más accesible la cosmética biológica, además de poner en marcha «un servicio muy innovador de la atención online sobre dermocosmética», destaca con orgullo su hija, quien está al cargo desde el 2021 de la gestión y coordinación tanto de LaFemme Clinic como de LaFemme cosmética biológica y Biologique.shop, entre otras competencias en el ámbito del márketing y la comunicación. «Siempre trabajé en multinacionales y ahora pongo esa experiencia a disposición del legado familiar. Me parece un reto profesional seguir creciendo en un sector que también viví desde niña, al lado de mujeres emprendedoras que marcaron un antes y un después en el cuidado de la mujer», subraya.
En LaFemme siguen ofreciendo el servicio de depilación que dio pie a toda esta aventura empresarial, ahora con las técnicas más modernas y eficientes del mercado. «Se sigue utilizando la depilación eléctrica, que elimina el vello que el láser no consigue quitar, el más fino o canoso, para zonas muy concretas. Yo recuerdo de niña colas de mujeres en la puerta de nuestro centro, que venían a hacerse la depilación, desde Noia y muchas otras partes de Galicia. Hoy en día también tenemos láser, con los mejores equipos y adaptados respecto a las distintas tonalidades y tipos de pelo, porque no todos los diodos ni alejandritas son iguales. Fuimos, además, las primeras en Santiago en hacer el láser», recuerda Sandra.
Y, entre las últimas novedades en tratamientos, han incorporado los polinucleótidos y exosomas, explica: «Son la revolución en regenarión cutánea. Ambos tratamientos destacan por su capacidad regenerativa, pero su elección dependerá de las necesidades de cada piel y del nivel de intervención deseado a nivel estético o médico estético. Los exosomas trabajan en la comunicación celular y estimulación de procesos regenerativos, mientras que los polinucleótidos ofrecen una reestructuración profunda y una hidratación prolongada. La biotecnología actual nos permite potenciar los procesos naturales de la piel con resultados visibles y duraderos».
«Es muy importante para nosotras la formación continua. Mi abuela, pionera en el sector, estuvo en constante formación para integrar todas las novedades, y mi madre se formó con profesionales de todo el mundo: además de españoles, franceses, alemanes e incluso iraníes... también fue formadora posteriormente. Y yo, además de mis dos licenciaturas y una diplomatura, sigo formándome a día de hoy. La formación continua está presente en nuestro ADN y es algo que trasladamos al equipo y del que nos responsabilizamos. Dedicamos, de hecho, más de 300 horas al año en diferentes formaciones para estar siempre a la última y dar el mejor servicio», indica la santiaguesa.
«Siempre hemos trabajado con mujeres y para mujeres, aunque hoy hay cada vez más hombres que se cuidan y también damos cobertura a sus necesidades. El 99 % de nuestro equipo son mujeres y nuestra filosofía sigue siendo la de mi abuela, estar a su lado, escucharlas, comprenderlas y apoyarlas como pilar fundamental. El propio nombre de LaFemme se refiere a la mujer y, aunque hoy no nos ceñimos únicamente a este público, nunca pensamos en cambiarlo porque habla de nuestras raíces», concluye la más joven de la saga estética que siguió a Piedad Míguez.