Una histórica reunión vecinal por su nivel de participación alumbra a la plataforma que exige la erradicación de los narcopisos en Santa Marta

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

La entidad quiere que se desmantelen los puntos de venta del Banco do Pobre y la avenida de Bilbao

17 feb 2025 . Actualizado a las 22:59 h.

Una ciudad como Santiago, habitualmente tildada de cierta apatía, ha despertado espoleada por el hartazgo ante el incremento del tráfico de drogas y sus consecuencias más peligrosas: la creciente agresividad de los toxicómanos y que aparezcan jeringuillas en zonas verdes y parques infantiles. En una histórica reunión vecinal por su capacidad de convocatoria —el centro sociocultural estaba abarrotado— ha nacido la anunciada Plataforma Santa Marta Segura, cuyo fin será lograr el desmantelamiento de los dos narcopisos que existen en el barrio. El más conocido y conflictivo, el que hace más de 30 años opera en el conocido como Banco do Pobre —San Ignacio de Loyola— es el objetivo principal, pero también señalan al que hace unos años surgió en una casa baja de la avenida de Bilbao.

Nueve vecinos han dado un paso al frente pese a los riesgos que conlleva denunciar a narcotraficantes —por eso se evita mostrar sus imágenes y dar nombres— y un grupo de trabajo está ya sentando las bases de la forma en la que arrancará la Plataforma. Será en marzo, se reunirá una vez al mes y la primera acción será probablemente una recogida de firmas. El reto, como anunció el que actuó como portavoz, será mantener viva la lucha hasta que consigan que la Policía Nacional entre en el Banco do Pobre y erradique el narcopiso. «Todos sabemos dónde están, son un clan familiar compuesto por tres mujeres y un hombre», señaló este vecino sin ocultar su indignación porque no se hayan tomado medidas. «La pregunta que debemos hacernos es cómo es posible», aseguró sobre que no se haya detenido a los traficantes. «No ha habido la intención real ni la voluntad para atajar el problema porque, como se nos dijo en una reunión, prefieren tener un punto de venta controlado en esta zona de la ciudad y que no se esparza a otra parte. Esto nos tiene que indignar», añadió.

En su intervención, el primer portavoz de Santa Marta Segura incidió en que, si hay voluntad política, el narcopiso se desmantelará. Y puso como ejemplo la operación Barrido, desarrollada por la Policía Nacional en Santiago en el 2020. «Eliminaron todos los puntos de venta de la ciudad porque no era de recibido que estuviesen ahí porque el 2021 era año Xacobeo. Detuvieron a 31 personas, lo que prueba que cuando hay voluntad se puede atajar el problema», expuso.

A los vecinos les preocupa que en los últimos diez años el problema se ha hecho mayor. Hay más toxicómanos merodeando el entorno del Clínico y son cada vez más agresivos. Creen que por su deterioro y porque, además de heroína, consumen sustancias aún más destructivas como el crac —cocaína base—. Temen que, como está pasando en otras ciudades, pueda entrar también el fentanilo. Por ello, además de la recogida de firmas, van a solicitar reuniones con el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, la alcaldesa, Goretti Sanmartín (BNG), la comisaria y el fiscal jefe, Antonio Roma.

Testimonios de un niño que se clavó una jeringuilla y de una chica agredida por toxicómanos

En la histórica reunión hablaron también los otros miembros de la plataforma, pero uno de los momentos más duros fue cuando dos padres dieron el testimonio de experiencias que tuvieron que vivir y que explican porqué Santa Marta se ha alzado en un auténtico «clamor vecinal», como lo calificó una de las intervinientes, para exigir medidas directas y urgentes que pongan fin a los dos narcopisos que operan en el barrio.

El primero de los padres relató como, hace nueve años, un día que la familia volvía a casa su hijo, que entonces tenía cinco años, recogió una bolsa del suelo. Ellos primero no vieron lo que era, pero más adelante el pequeño les alertó de que se había clavado la aguja de una jeringuilla. Acudieron rápido al hospital y, aunque afortunadamente no contrajo ninguna enfermedad, fueron meses de pruebas y de esperas angustiosas.

El otro relató un incidente ocurrido hace solo dos años en las inmediaciones del llamado Banco do Pobre, que son dos bloques de viviendas situadas al pie de la avenida Mestre Mateo y al que solo se puede acceder por una calle sin salida. Su hija, que entonces tenía 15 años, se vio abordada por un toxicómano que le pidió dinero y se puso muy agresivo cuando recibió un no por respuesta. De hecho, acabó tirándola al suelo. Logró escapar con solo magulladuras y arañazos, pero fue una experiencia traumática. «Me preocupa la seguridad de mis hijos y que no tengan que pasar ni ver situaciones terribles. Tengo miedo a que se claven una jeringuilla y no quiero que esto vaya a más», relató otro de los miembros que han fundado la plataforma.