El okupa que alquilaba habitaciones en la mejor calle de Santiago se compromete a liberar el piso y recibe 10 días de margen

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOÁN A. SOLER

Ambas partes valoran un posible pacto mientras el juicio de desahucio ha sido aplazado hasta el día 19 de diciembre

12 dic 2024 . Actualizado a las 12:00 h.

La historia de inquiokupación del número 31 de la calle Xeneral Pardiñas, considerada como la milla de oro de Santiago de Compostela, podría estar viviendo sus últimos coletazos. Al menos, a eso se comprometió durante la mañana de ayer el inquilino que lleva, desde abril, sin pagar el alquiler del piso de 200 metros cuadrados y 6 habitaciones donde vive desde diciembre del 2023, y en el que estuvo subarrendando dormitorios por 400 euros al mes hasta hace poco más de una semana. La propietaria, una jubilada que percibe una pensión de unos 1.200 euros, se reencontró con su inquilino en los juzgados de Fontiñas, donde estaba previsto que ayer se celebrara el juicio de desahucio. Antes, según fuentes de la familia de la compostelana, el hombre, de origen venezolano y de unos 50 años, se comprometió a dejar el inmueble cuanto antes, aunque pidió algo de tiempo para arreglar unos trámites burocráticos y poder marcharse. La jueza aplazó la vista hasta el 19 de diciembre, momento en que la familia compostelana espera poder recuperar su inmueble.

«Deseamos que sea de esta vez», reconoció una de las hijas de la afectada, que admitió que ambas partes están elaborando un posible pacto para poder liberar el piso. Más difícil será recuperar los más de 10.000 euros que le adeuda el inquilino entre el pago de nueve meses de alquiler y los suministros, ya que la dueña se encargaba de abonar la comunidad —de unos 200 euros al mes, al contar con portero—, así como la luz y el agua.

El hombre afirmó en televisión que estaba en contra de la okupación y que, en su caso, había caído en la morosidad al quedarse sin trabajo. Es por ello que afirmó que era incapaz de pagar el alojamiento, negando que fuera un okupa. Sobre el arrendamiento de habitaciones, afirmó que la propia inmobiliaria le dijo que le enviaría gente para poder hacer frente al alquiler, que rondaba los 1.200 euros.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Según la agencia, esto no es verdad, desvinculándose de cualquier pacto con el hombre, que dijo que tenía pruebas de las conversaciones. También aseguró que en el momento de entrar en el piso había tenido que abonar 4.000 euros en concepto de depósito, de ahí que se negara a abandonarlo hasta recuperarlos. Ayer, ante la propietaria, aseguró que el inmueble estaba vacío, en perfecto estado, y reiteró que su plan pasaba por dejarlo lo antes posible. La siguiente vista será el 19 de diciembre, momento en que ambas partes volverán a verse en los juzgados de Fontiñas. Desde la familia de la propietaria esperan que sea la última y que la buena voluntad mostrada por el inquilino se mantenga dentro de diez días.