Kmariam, la tienda de Santiago que lleva un año y medio haciendo milagros
SANTIAGO CIUDAD
La arzuana María Jesús Mato asesora y vende cosmética coreana de alta gama en esta boutique de la capital gallega
01 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.No es el santuario de Fátima, pero en el último año y medio se han visto verdaderos milagros en una tienda de Santiago. En Kmariam Boutique no trabajan con una cuestión de fe, sino con los avances de la investigación. Ciencia pura y dura, que se traduce en gotas casi mágicas para la piel. «Hay que saber qué producto usar y cómo hacerlo para obtener resultados, por eso hago talleres de valoración y asesoría individual y también enseño a los clientes cómo utilizar cada cosa en su rutina diaria. En 6 meses ya se ve el cambio. Yo suelo hacer fotos del antes y después, como prueba de la evolución. Y, si lo hago, es porque sé que va a haber una diferencia visible», explica María Jesús Mato.
Esta arzuana de 53 años dirige la boutique de cosmética coreana de alta gama de la rúa Alfredo Brañas y tiene casi 35 años de experiencia en la estética. «Llevo desde que acabé mis estudios en la profesión. Nunca la dejé y he estado siempre formándome, aprendiendo cosas nuevas, porque en este sector aparecen novedades cada poco tiempo y es imprescindible reciclarse», comenta una esteticista que hace 4 años descubrió de la cosmética coreana, de la que es firme defensora porque «está a años luz de lo que hacemos aquí... hasta que no lo compruebas en tu propia piel, no lo entiendes». De espíritu emprendedor y curioso, María reconoce que tuvo que abrirse camino de joven en una profesión que no estaba todavía muy consolidada, especialmente en un municipio pequeño como el suyo: «La estética estaba relegada a las peluquerías, se hacían cuatro cositas y para de contar. Además, los servicios no iban al origen del problema sino que, por lo general, buscaban taparlo con un poco de maquillaje y listo».
Ella conoció la magia de las formulaciones coreanas, de primera mano, relata: «Siempre me han gustado las innovaciones e investigar sobre los avances del sector. En el 2020, cuando estábamos todos encerrados, me puse delante de un ordenador a indagar sobre la cosmética coreana. Todo el mundo hablaba muy bien de ella, así que pedí una serie de productos para ver si era para tanto. Lo probé con una persona muy cercana, que tenía un problema de acné. Había utilizado cosmética profesional, pero nada antes funcionó de forma tan óptima. En 24 horas había una diferencia que yo no había visto nunca y eso me animó a seguir con el tratamiento. Empezamos en agosto y, en diciembre, ya no había lesiones de acné. Es algo que, además, he ido documentando. Al mismo tiempo, comencé a probar otro tipo de cosméticos faciales y corporales: anticelulíticos, antienvejecimiento... La verdad es que en Corea del Sur, Japón y China están a la vanguardia del sector y, por cultura, tienen otra forma de entender el cuidado de la piel, de forma integral».
Vista la experiencia, María decidió compartir con el resto del mundo esta filosofía desde Kmariam, que trabaja con productos de liberación prolongada de un fabricante que comercializa nuevas formulaciones de origen médico, a partir de los ensayos médicos y farmacéuticos realizados en las universidades coreanas para tratar enfermedades. «Lo mejor es ver la satisfacción de los clientes. Cuando ven la diferencia respecto a la cosmética que conocían, vuelven para probar otros productos y ampliar sus rutinas de skincare», afirma una mujer que se lanzó a emprender en la capital gallega pasados los 50 años.
En su establecimiento tiene productos para todo tipo de pieles, todas las edades y géneros, para combatir dermatitis, rosáceas, acné, deshidratación... Sérums, mascarillas, cremas o limpiadores faciales son los aliados para esos pequeños milagros que, a título individual, pueden suponer grandes avances tanto a nivel físico como a nivel moral. Las marcas con las que trabaja María van un paso más allá de las casas con lineales para el gran público, como la famosa Yepoda, y son «cosméticos médico-terapéuticos», destaca. «Cada uno tiene su función y va dirigido a tratar las consecuencias de problemas muy personalizados, por eso hacemos un asesoramiento individual, para encontrar el producto que mejor se adapte a cada caso», aclara la esteticista.