Dos años de prisión para un fisioterapeuta de Santiago que abusó de una clienta y se justificó diciéndole «perdona que me haya puesto un poco tontorrón»

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

En una imagen de archivo, el edificio de los juzgados de Santiago, en el que tiene su sede la sección compostelana de la Audiencia Provincial
En una imagen de archivo, el edificio de los juzgados de Santiago, en el que tiene su sede la sección compostelana de la Audiencia Provincial PACO RODRÍGUEZ

Retiró la mano de la zona genital de la mujer cuando ella le pidió que parase y añadió que tenía «un cuerpazo»

29 nov 2024 . Actualizado a las 17:21 h.

La sección compostelana de la Audiencia Provincial ha condenado a dos años de prisión a un fisioterapeuta de Santiago que cometió abusos sexuales sobre una paciente. Tendrá además que indemnizar con 10.000 euros a la víctima, a la que el incidente vivido le causó «dificultades para conciliar el sueño, pesadillas y pensamientos rumiativos intrusivos y recurrentes», recoge la sentencia, que añade que también sufre «inseguridad personal, desconfianza hacia terceros y sentimiento de vulnerabilidad» y que estos síntomas «persisten a día de hoy, aunque su intensidad se ha atenuado con el paso del tiempo».

Los hechos se produjeron el 2 de octubre del 2020, cuando la víctima acudió a la clínica en la que trabajaba el procesado porque sufría de dolores de espalda. Durante el masaje «sin consentimiento de la paciente y sin finalidad terapéutica, introdujo su otra mano dentro de la braga de la mujer y le tocó en la zona púbica», recogen los magistrados en su resolución.

En ese momento, la mujer le pidió que parase, ante lo que el fisioterapeuta retiró la mano diciéndole «perdona que me haya puesto un poco tontorrón», para añadir después que la víctima tenía «un cuerpazo». Los hechos hicieron que la mujer se sintiese «atemorizada», según la sentencia.

Para los magistrados, la declaración de la denunciante «reúne todos los requisitos necesarios para destruir la presunción de inocencia del acusado. De un lado, porque «la víctima carece de motivos espurios» y, de otro, porque existe «una rotunda persistencia en la incriminación», ya que en todas sus declaraciones describió los hechos de la misma manera. Los jueces también recalcan que su testimonio «cuenta con las corroboraciones periféricas que es posible encontrar en casos de esta naturaleza, cuando no hay vestigios físicos». Fundamental para la condena fue el informe y la declaración de las psicólogas que examinaron el daño padecido por la mujer.