Las multas no logran poner fin a las quedadas ilegales de coches en Santiago, que sufrió la cuarta en el último mes

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Restos de neumáticos y marcas de ruedas en la calzada tras una de las concentraciones ilegales de coches en A Sionlla
Restos de neumáticos y marcas de ruedas en la calzada tras una de las concentraciones ilegales de coches en A Sionlla XOAN A. SOLER

Doscientos vehículos volvieron a citarse este fin de semana en el polígono empresarial de A Sionlla

12 nov 2024 . Actualizado a las 11:30 h.

Ni la mano dura ni las multas parecen estar teniendo éxito a la hora de poner fin a las concentraciones ilegales de vehículos en Santiago. Este fin de semana, en la madrugada del viernes al sábado, el fenómeno se reprodujo en el lugar habitual de la quedada, el polígono empresarial de A Sionlla, donde se dieron cita doscientos vehículos. Es la cuarta vez en solo un mes y, al contrario que en las dos últimas ocasiones, en esta la Policía Local tan solo logró interceptar y denunciar a un vehículo. Eso sí la sanción será cuantiosa, ya que será por conducción temeraria, carecer de ITV y haber llevado a cabo reformas de importancia. Por la primera infracción son 500 euros y seis puntos del carné, por la segunda 200 euros y por la tercera son hasta 500 euros.

Esa única multa contrasta con las 34 que se impusieron a los participantes en la anterior de las concentraciones ilegales, que se llevó a cabo el 31 de octubre en el mismo escenario de A Sionlla, un vial paralelo a la calle Castilla-La Mancha. También fueron más los infractores cazados en las otras dos quedadas, los días 19 y 12 del pasado mes, en las que hubo doce y siete expedientes abiertos por la Policía Local.

La estrategia seguida por el cuerpo de seguridad municipal ha sido la de montar dispositivos especiales de vigilancia, en los que se infiltran en la quedada vehículos camuflados que hacen que resulte mucho más sencillo sancionar a los infractores, ya que si los agentes hacen acto de presencia con los vehículos rotulados y con las luces puestas los asistentes escapan rápidamente y es difícil poder darles el alto.

Estos operativos han tenido éxito, con muchas sanciones impuestas, sin embargo, las concentraciones ilegales se siguen produciendo y con todo el descaro, convocadas incluso a través de las redes sociales y de mensajes masivos a teléfonos móviles. En el caso de la del 31 de octubre, los organizadores incluso diseñaron un cartel para la ocasión con el eslogan «Habemus Sionlla amores».

La concentración en sí no es ilegal, aunque sí todo lo que sucede a su alrededor, ya que muchos de los vehículos que acuden hacen derrapes, trompos, maniobras peligrosas e incluso carreras, como ocurrió en la del día 19 de octubre, que en esa ocasión tuvo por escenario el estadio de fútbol de San Lázaro y que fue abortada por la Guardia Civil.