La vacuna frente a las inundaciones en Santiago

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Operarios de Viaqua intensifican este mes el mantenimiento preventivo de las redes de alcantarillado y pluviales para reducir los desbordamientos en la ciudad

20 oct 2024 . Actualizado a las 22:57 h.

Noche del martes. Llueve en Santiago y los pocos jóvenes que caminan por la rúa Nova de Abaixo se paran a observar el trabajo que realizan los operarios de Viaqua. Eduardo Picallos y José Eirís son dos de los guardianes de las redes de saneamiento y pluviales, y están efectuando un mantenimiento preventivo en las canalizaciones de la céntrica calle del Ensanche para evitar desbordamientos. Marta Clemente, jefa de servicio de Viaqua en la ciudad, indica que estas limpiezas, nocturnas para minimizar molestias a la ciudadanía y en coordinación con el departamento municipal de tráfico, se efectúan antes de la época de lluvias. Este año se adelantaron un mes, porque también llegaron antes las fuertes precipitaciones, y van del 30 de septiembre al próximo día 28. Las tareas afectan al entramado de calles del Ensanche, a rúas del casco histórico como Rodrigo de Padrón, Fonseca, Franco y Raína, y a túneles como los de Cancelas y Romero Donallo. La empresa dispone de dos camiones cisterna con equipos de alta presión y de aspiración y un vehículo ligero, más empleado en la zona vieja. Martín Vidal, responsable de redes de abastecimiento y saneamiento de Viaqua, explica cómo trabajan esos camiones: «Aspiran los restos sólidos, e impulsan agua a presión para desincrustar otros restos de las tuberías». Se pone a punto la red subterránea y también los sumideros: «Son 14.459, y desde enero limpiamos unos 6.000, el 41 % del total», explica Clemente. Viaqua dispone además de un robot de inspección visual para la revisión de las redes y detectar y ubicar con precisión defectos que provoquen el mal funcionamiento del sistema.

Además de las limpiezas nocturnas está el mantenimiento regular de la red de saneamiento y sumideros, con una planificación anual con inspecciones y limpiezas periódicas. Las intervenciones son más frecuentes en las zonas más propensas a inundaciones o con mayor acumulación de residuos, como Travesa de Fonseca, Rodrigo de Padrón, rúa do Valiño o avenida da Liberdade. Son 450 kilómetros de tuberías de saneamiento y 250 de pluviales. Un problema de Santiago es que en muchas zonas la red es unitaria, por lo que con fuerte lluvia, llega a duplicarse e incluso triplicarse el caudal que puede soportar. Llegan así los desbordamientos, con puntos críticos. En la ciudad hay zonas más vulnerables a problemas en el saneamiento por su configuración geográfica y por falta de capacidad de la red o de los elementos de captación. Marta Clemente indica que son áreas bajas o con mayor flujo de agua durante las tormentas, en las que el arrastre de hojas o basura reduce la capacidad de captación los sumideros. Puntos en los que se refuerza la frecuencia de limpiezas y mantenimiento, y que están en la mente de los compostelanos, como la rotonda do Vieiro, Fontiñas, Irmandiños, Praza de España o avenida de Castelao. La priorización de esas tareas se determina por el historial de incidencias, densidad poblacional, tipología y sección de la red disponible así como por la actividad de los locales que vierten a la red en cada zona concreta. Por ejemplo, se sabe que las calles con gran densidad de hostelería acumulan grasas en las canalizaciones. Desde Viaqua señala que se están ejecutando actuaciones en varios puntos inundables para minimizar las inundaciones, que se ven agravadas por un cambio climático con lluvias más intensas y frecuentes que suponen una mayor presión sobre la red de saneamiento y los imbornales, incapaces en algunos tramos de evacuar toda el agua que se acumula. Desde la empresa se trasladan al Concello propuestas de mejora de la red de saneamiento para adaptar las infraestructuras a las necesidades reales de la ciudad.

Toallitas, grasas y aceites, los mayores causantes de atascos en la red

Marta Clemente apela a la ciudadanía para colaborar en el buen funcionamiento de la red de saneamiento: «Hay muchas obturaciones por toallitas húmedas, tienen que ser conscientes de que el baño no es una papelera». Vidal apunta también grasas y aceites que bajan por fregaderos de casas y establecimientos de hostelería, que se acumulan en la red y reducen su capacidad. Explica que en el casco histórico, con una red de menor capacidad que en el Ensanche, se nota la creciente presión de hostelería y alojamientos turísticos que vierten mucho más a la red que hace años, saturándola. Los restos sólidos que aspira el camión se almacenan en la depuradora en contenedores, y son catalogados como desbaste para su posterior tratamiento por un gestor autorizado.

También es fundamental evitar dejar restos en las calles, como plásticos y otros residuos sólidos, que acaban por obstruir los sumideros. Ante alertas de fuertes precipitaciones Viaqua se coordina con Concello y concesionarias de otros servicios como Urbaser y Prezero para tratar de evitar inundaciones, para tener las calles limpias de residuos y hojas, y limpiando con frecuencias los imbornales. Clemente y Vidal señalan que con Kirk esa coordinación dejó ver sus frutos: «No se inundaron O Vieiro ni avenida de Lugo, porque constantemente ellos limpiaban las hojas y nosotros detrás los sumideros».

¿Y cómo está la red en Santiago? Tiene su punto débil en las canalizaciones de fibrocemento, hormigón y gres que están al final de su vida útil, con problemas en las juntas y cambios en la rugosidad que las hace proclives a problemas estructurales y roturas, además de problemas de falta capacidad en distintas zonas, apunta Viaqua, que recuerda que los vecinos pueden avisar de cualquier incidencia en sus teléfonos, su web y oficina, y canales como la Línea Verde. Su personal de guardia está dispuesto «as 24 horas para dar resposta inmediata e facer fronte a situacións imprevistas», señalan desde Viaqua.