La emotiva despedida a la profe Luisa, que «enseñó a volar» a varias generaciones de Santiago: «La sorprendimos al terminar el recreo»
SANTIAGO CIUDAD
Compañeros de La Salle y alumnos homenajean, en su último día de trabajo, a una maestra que impartió allí clase durante 25 años. Los comentarios de elogio a su trayectoria se suceden en las redes
01 oct 2024 . Actualizado a las 13:57 h.Desde la semana pasada las redes sociales del colegio La Salle de Santiago se llenan de elogiosos comentarios de despedida a Luisa López, la profesora, nacida en Betanzos, que empezó a impartir clase en los primeros cursos de Primaria de ese centro en el año 1999 y que, 25 años después, ahora se jubila. «Gracias, Luisa, por ser una profe superespecial de las que dejan huella y nunca olvidas»; «Maravillosa Luisa, buenísima profesora y mejor persona»; o «¡Gracias, Luisa, por haber sido una profe alegre, cariñosa, disponible y atenta con todos!», son solo algunos de los mensajes que alumnos y profesores no dudaron en escribir en ellas.
«En el colegio quisimos hacerle una despedida especial, para que se lleve parte de lo que Luisa nos ha dado», razona Amalia Soneira, la jefa de estudios de Primaria de este centro compostelano, antes de aclarar que Luisa lleva en la docencia cerca de cuatro décadas y que fue casi en el cambio de siglo, y tras cerrar el centro donde antes impartía clase, cuando se incorporó a La Salle.
«En todos estos años siempre fue muy buena compañera y, con los niños, siempre destacó por ser accesible, muy dulce, muy buena docente...», prosigue Amalia. «Tenemos una sensación agridulce. Nos alegramos por su nueva etapa, pero da pena perder a alguien que dejó huella en muchas generaciones, en centenares de niños», subraya, recordando cómo surgió la idea de la despedida de sorpresa.
«Desde el claustro de Primaria no dudamos en que teníamos que hacer algo especial y, sin que ella lo supiese, y diciéndoselo a los niños casi en ese momento, la sorprendimos en su último día de colegio, que coincidió el pasado jueves. Al terminar el recreo, la llevamos engañada desde la sala donde tomamos café hasta el salón de actos mientras los alumnos de primero, segundo y tercero de Primaria le hacían un pasillo. Ya en el salón de actos, le dedicamos nosotros primeros unas palabras y luego cogieron el testigo alumnos de Secundaria y Bachillerato», aclara Amalia. «Como ese mismo día cumplía los 65 años, primero le cantamos el Cumpleaños Feliz y luego el Himno al Maestro», comparte mientras no puede evitar empezar a entonar unas estrofas que arrancan con «Tú me enseñaste a volar».
«Se emocionó mucho. De hecho, ayer, cuando pasó por el centro a recoger cosas, nos dijo que estaba un poco desbordada por todo lo vivido, pero ella se lo merece. Creo que es en este tipo de actos, y al ver el cariño que le demuestran los alumnos, cuando se comprueba también lo mucho que ella les dio. Todos la vamos a echar mucho de menos», refrenda Amalia.