«Ejercito la memoria porque quiero que Dios me lleve en mi casa y con cabeza»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

Un grupo de mayores de Santiago que participa en talleres de estimulación cognitiva en el centro Innova asegura que «para estar activo, hay que estar motivado»

30 sep 2024 . Actualizado a las 18:44 h.

Las personas mayores celebran este martes su día internacional, y en varios centros de la ciudad será una jornada especial. En el Innova de A Senra, la conmemoración no variará en exceso la rutina diaria, fundamentalmente porque, precisamente, mantenerla es clave para que los mayores se sientan cómodos. Sandra Alvite, directora del centro de día, considera que sus propuestas contribuyen tanto a frenar y ralentizar el deterioro cognitivo como a mejorar el estado de ánimo, porque «la socialización es determinante en todas las edades, y en el caso de los mayores, muy importante».

Manuel Zumalave, de 75 años, ingeniero industrial, asiduo al centro, tiene claro que «estar activo es positivo, hablar con gente y ejercitar la cabeza es bueno. Debería hacerlo todo el mundo, pero siempre que sea voluntario y con motivación. Sin voluntad no hay resultados, a la fuerza no sirve». En su rutina diaria no falta la realización de una serie de ejercicios mentales, «que hago con interés, pero que no se puede reducir a las horas de clase. Hay que hacer más, cumplir años no está en contra de seguir activo». Manuel se describe como un lector «voraz de periódicos, dos todos los días» y tampoco perdona, «siempre que lo permita la lluvia, los paseos por la Alameda para charlar con los amigos».

En su grupo hay otros mayores que tienen en común «las ganas por no estar quietos», apunta Marisa, que a sus 92 años recordaba que «cuando mi familia me dijo que iba a venir, me puse triste», pero «ahora no quiero dejar de venir. Somos como una familia. Yo le recomiendo a todos que prueben, solos en casa no hacemos nada». Marisa dedicó toda su vida al cuidado de su familia, y «aunque no tuve hijos, crie a algunos de mis primos, porque mi madre murió y mi tía se hizo cargo de sus hijos. Ahora vivo con uno de mis primos». Ella acude al centro desde «las once de la mañana hasta las ocho de la tarde, y vaya que si noto que estoy más espabilada: ejercito la memoria, porque solo le pido a Dios que me lleve con la cabeza bien y que sea en casa». No quiere ni oír hablar de «la residencia, yo quiero estar con mi familia, y me adapto a lo que sea, pero en casa». En su caso, la falta de movilidad de su brazo derecho, «que trabajó mucho, y ahora ya no quiere seguir trabajando», le obliga «a que los ejercicios se hagan de otra forma, pero desde el primer día me siento como si fueran mi familia. La comida es rica y el personal come con nosotros como en familia». Una de las cuestiones que «más valoro es la conversación, porque me da vida. Cumplir años no es malo, pero espero seguir como ahora con toda la memoria, y los talleres que hacemos aquí me ayudan a no perder la cabeza. Yo, por ahora, me acuerdo de casi todo, y no quiero olvidar».

«Fui profesora de Latín, y era exigente» 

Pilar Marchite, de 85 años, nació en Navarra, pero «mi marido es gallego, y por eso acabé aquí». Ella fue profesora de Latín y Cultura Clásica en el instituto Rosalía de Castro y en el de Pontepedriña, donde se jubiló. Recuerda que era una profesora «de las exigentes, antes éramos más estrictas». Ella, como todos sus compañeros de la clase del centro Innova, se apuntó «porque quería reforzar la memoria y no perder conocimientos. También es necesaria la gimnasia física, pero la mental es casi más importante». Como sus compañeros, asegura que «cumplir años no significa que no podamos seguir activos. Yo noto la mejoría y también noto que atraso si dejo de venir». Pilar sabe bien lo que es perder los recuerdos, porque su marido tiene Alzhéimer, y va a Agadea. «Cuando terminamos los deberos, tomamos un café con leche y charlamos entre nosotros. Yo le recomiendo a todos que hagan algo. No podemos quedarnos sentados en el sofá».

Innova es un centro de día con talleres de estimulación cognitiva y rehabilitación física, con una metodología muy orientada a cada persona, además de ofrecer asistencia a domicilio.