«Me llevo grelos en lata para mis padres»

VICTORIA PEÑA / s. l. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

MARINA FERRADÁS

Imanes con la imagen de la Catedral de Santiago, llaveros, postales, pulseras, camisetas y sudaderas son los suvenires que más se llevan los turistas en sus maletas

27 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El turismo en Compostela ha dado que hablar durante las últimas semanas. Las miles de personas que este verano llegan diariamente a la capital lo hacen con diferentes motivos. Y eso se refleja incluso al preparar el viaje de regreso, cuando peregrinos, turistas y viajeros en general recorren el casco histórico en busca de recuerdos que den testimonio de su paso por la ciudad. Así lo explica Evelyn, que trabaja en la tienda de suvenires El Capricho, en Acibechería: «Lo que más se llevan son conchas naturales, pulseras de conchitas, imanes y mojones como los del Camino. Tenemos todo tipo de clientes, tanto turistas como peregrinos».

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Aunque es temporada alta, algunas tiendas se quejan de que las ventas no lo son tanto. «No estamos teniendo mucha afluencia», lamenta Marta, de Agasallos, en la rúa do Franco. «Lo que más se llevan son imanes con imágenes de Santiago, con la Catedral, el motivo de la concha. También las camisetas con motivos del Camino y de la concha. Además, llevan joyas con el Trisquel, la concha y la cruz, que son de las que más vendemos. Tenemos de plata o cosas más baratas. El peregrino suele tirar por algo más barato, como llaveros, imanes o medallas que no sean de plata. El turista lleva más piezas de textil, tazas, monumentos en miniatura o joyas de plata», detalla Marta.

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Arnau, que es de Alicante y está en Santiago con sus amigos, se alinea con la explicación de Marta: «Compré una sudadera que es amarilla, azul y blanca, con motivos de Santiago. Me ha gustado por los colores. Las camisetas de Santiago y parodias de aquí son muy buenas», comenta el joven turista. María Luisa y Pablo han llegado de Andalucía para hacer turismo de montaña: «Hemos comprado grelos en lata para llevarle a nuestros padres y, además, compramos unas camisetas muy chulas para nuestros hijos. Tienen la cancha y ponen Santiago de Compostela», describen. «Me llamado la atención que hay un montón de joyería. Eso habla mucho del perfil del turista y su nivel adquisitivo», agrega sorprendida María Luisa.

Dalila, que es encargada de la Casa del Deán, Pórtico y la tienda del Museo, señala que los turistas se inclinan por «piezas únicas, tienen un poder adquisitivo un poco mayor. Y los peregrinos prefieren la estampa, el imán y pulseras, algo pequeñito de recuerdo». Carolina y su familia son el claro ejemplo: «Venimos de Toledo con los niños y compramos tarta de Santiago y algún imán con la imagen del Camino Primitivo, que es el que hicimos».

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Los comerciantes ven más gente que ventas

Ramón es un comerciante del casco histórico y en verano tiene unos clientes muy distintos a los habituales durante el resto del año: «Apuntamos al público extranjero. Es un turismo que valora la artesanía y la calidad de las prendas, pagan lo que vale».

Aunque las cifras de ocupación, de peregrinos y de compostelas no paran de batir récords, el comercio especializado en suvenires se queja del bajo consumo: «Es un turismo pobre, es lo que se ha fomentado», lamenta Ramón. La misma impresión tiene María en su tienda de A Quintana: «Hay mucho turismo, pero es de bajo nivel económico. Es un turismo delicado, ruidoso, siempre pedimos respeto hacia el santuario, porque es uno de los templos más importantes del mundo».

También Daniel, otro comerciante de la zona, lamenta la situación: «La afluencia de gente es muchísima, pero la calidad ha descendido bastante respecto a años anteriores. Siempre hay noticias de récords, pero los presupuestos que traen y, desgraciadamente, la educación está bajando. Se vende porque hay muchísima gente, pero no en la proporción o a la calidad que debería ser».