Miguel empezó como comercial hace 38 años y lleva 29 al frente de su empresa de pinturas

Todo empezó hace unos 38 años en Carballo. Por aquel entonces, Miguel Vecino Rodríguez era comercial de una empresa de pinturas, y en 1995 cogió el toro por los cuernos y puso su propio negocio a andar. Así nació Bricocar, que sigue operando en la zona, y que es distribuidor oficial de pinturas Procolor. Sus muchos años de experiencia le permitieron hacerse un nombre en el sector y ganarse un reconocimiento que traspasó fronteras. Hace unos 4 años, cuando la pandemia tenía prácticamente paralizada la actividad, Miguel recibió una oferta de la distribuidora para que asumiera la zona de Santiago. Lejos de achicarse, Miguel volvió a asumir ese nuevo reto e inauguró Composcolor. Ahora, explica, «abarcamos más de la mitad de la provincia y estamos muy especializados en pintura industrial para grandes empresas, pero también recibimos a otros muchos que vienen porque conocen nuestra experiencia». Su sector, el de las pinturas, sufrió bastante menos las consecuencias de la crisis económica derivada del covid. «Incluso diría que creció», apostilla. Miguel se lamenta de la falta de personal que afecta a su sector. «Hay mucho trabajo, pero no hay quien lo haga. A los pintores les cuesta conseguir gente. Los que saben están ocupados, y a los que no saben y están dispuestos a aprender, casi hay que pagarles como si fueran expertos», asegura. La situación está siendo tan complicada que «hay pintores que tienen encargos para pintar fachadas que no pueden asumir hasta el 2025», señala Miguel. Cuando se le pregunta si la pintura es para el verano, el empresario aclara que «la exterior suele dejarse, pero evolucionó lo suficiente para que no sea necesario esperar al verano para pintar una vivienda. El particular quiere el verano, porque está de vacaciones y aprovecha». No sucede lo mismo con los coches: «Se hace en cabinas que no precisan buen tiempo». Una de sus facetas menos conocida es la altruista. Miguel colabora con la asociación Art for Dent, que es una entidad formada por varias familias que luchan contra la enfermedad que afecta a los riñones. Su empresa dona la pintura que precisa la entidad para hacer sus murales, que pueden verse en diferentes localidades de Galicia y Asturias. Miguel no se plantea por ahora su jubilación, pero confía en que llegará ese día: «Me dedicaré a mi nieto Manu, que tiene dos años». Cuando llegue el momento de decir adiós al trabajo, confía en que el relevo llegue desde algún familiar cercano. «No serán mis hijas, que se inclinaron por la rama sanitaria». Aunque lo más probable es que su experiencia siga contando a la hora de ofrecer consejos o recomendaciones a quien lo necesite.

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