La bioconstrucción se coló en este instituto de Santiago con el apoyo altruista de una decena de empresas locales y nacionales

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Los alumnos de segundo de ESO del Xelmírez II emplearon para el aislamiento de sus cubiertas sanas de madera materiales donados que ellos combinaron para crear distintas variantes en sus maquetas (algunas de ellas, a escala real). Solo emplearon plástico para las láminas de vapor e impermeables que garantizan la respiración de la estructura.
Los alumnos de segundo de ESO del Xelmírez II emplearon para el aislamiento de sus cubiertas sanas de madera materiales donados que ellos combinaron para crear distintas variantes en sus maquetas (algunas de ellas, a escala real). Solo emplearon plástico para las láminas de vapor e impermeables que garantizan la respiración de la estructura. CEDIDA

Cerca de 90 alumnos del IES Xelmírez II descubrieron a lo largo de este año el uso de materiales saludables en las cubiertas

10 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces no se trata de medios, a veces se trata de ilusión, de ganas y espíritu innovador. Así se demostró este año en el IES Xelmírez II. En este instituto de Santiago que sobrellevó el curso en un recinto que hacía aguas —entre goteras, agujeros y grietas varias—, un grupo de alumnos se embarcó en un proyecto sobre bioconstrucción con el apoyo altruista de una decena de empresas. Se trata de una iniciativa que impulsó el departamento de Tecnoloxía, que cada año busca ideas nuevas con las que motivar y hacer discurrir a los estudiantes. En esta ocasión, fue el turno de la arquitectura sostenible. Los casi 90 jóvenes de segundo de ESO del centro pudieron descubrir el uso de materiales saludables en las cubiertas.

«Empezaron deseñando e construíndo estruturas con cerchas de madeira. E logo fixeron cubertas empregando distintos materiais, tanto inclinadas (no caso de cubertas exteriores ou para vivendas) como planas (de grava e vexetal», explica la profesora que dirigió el proyecto, Flor Domínguez. «Saben que unha cuberta é unha parte fundamental da envolvente dun edificio. Ten que asegurar unha boa impermeabilización, ventilación e illamento, xa que son responsables en gran medida da eficiencia enerxética dun edificio. Que se produzan filtracións de auga, humidades e os seus problemas derivados, supoñen danos ao edificio e posibles problemas de saúde ás persoas que os habitamos. Os materiais naturais intercambian humidade co ambiente polo que respiran, xerando entornos diferentes aos que estamos acostumado, añade.

Para hacer sus maquetas y estudiar cada tipo de material contaron con la ayuda de proveedores locales y nacionales, que colaboraron gratuitamente con el instituto suministrando muestras de los materiales con los que trabajan: cáñamo, corteza natural, pieles, paja, grava, placa metálica, algodón reciclado, celulosa, pizarra, lana, madera... Participaron empresas santiaguesas como Lucas BigMat, Galfer Metal, Abesa Metal, Escayolas de Barros, la Carpintería Ángel Otero y la Asociación de Aserradoiros de Galicia (con sede en el polígono de Costa Vella). Uno de sus representantes, Luis Carretero (de Espiga), dio a los alumnos una charla sobre arquitectura sostenible.

«Nós non houberamos podido comprar todo ese material pola nosa conta e portáronse xenial nese sentido, á vez que aprendemos un montón deles», añade la docente. También donaron materiales otras tres firmas nacionales: Socyr (Valencia), Ecoultravioleta (Asturias) y Abriga Nature (Alicante).