Juan José Lema: «La estación de Cornes era provisional pero funcionó desde 1873 hasta 1943»

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

El impulsor de la Asociación Amigos de Conxo reclama que en el edificio se recuerde la historia del antiguo Concello «conxense» y de la terminal ferroviaria

11 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan José Lema es la memoria viva de Conxo. En su cabeza, en sus libros y en sus apuntes está cuanto dato se pueda imaginar del Concello de Conxo, que dejó de serlo tras su anexión a Santiago el 15 de mayo de 1925. ¿Por qué esa pasión? «Porque a los concellos anexionados nos roban la historia. De ser un municipio limítrofe con una ciudad, acabamos siendo un barrio marginal de ella, y estuvimos paralizados urbanísticamente 40 años», responde. Para conservar esa memoria él fue uno de los impulsores, hace 25 años, de la Asociación Amigos de Conxo y buceó en archivos y documentación para estudiar su pasado.

Una historia con una fecha destacada, de la que el próximo viernes día 15 se cumplen 150 años: la inauguración en 1873 de la estación de Cornes, «a la que el alcalde de Conxo entonces, Manuel Seoane, no fue invitado». Lema recuerda que aquel edificio fue construido provisionalmente en Conxo, porque el emplazamiento previsto era en Santiago, en A Rapa da Folla, pero el desnivel del terreno no lo permitió; se optó en 1901 por A Ponte Seca, al final del Hórreo, pero ese edificio no se inauguró hasta 1943. Los retrasos en los plazos de las obras públicas no son de ahora, y la provisionalidad de la estación de Cornes se prolongó 70 años. Tanto que «la estación original, una casucha de madera, se sustituyó por el edificio que aún se conserva en 1926». En la actualidad alberga la Casa das Asociacións, que Lema considera que está infrautilizado; defiende que allí se emplace un centro de interpretación del Concello de Conxo, y de lo que significó la propia estación.

Una trascendencia que él conoce bien: «Te vas a asombrar de las empresas y negocios que había en Conxo», advierte. Y relata los almacenes de coloniales, los aserraderos de madera (uno de los que fabricaba las cajas para Osborne) y el llamado corralón da Revolta, en el entorno de la estación: «De allí se enviaba ganado vacuno a Inglaterra, que se embarcaba en el puerto de Carril. El propietario era Manuel Otero Bárcena, que fue presidente de la Cámara de Comercio de Santiago». Y más tarde, allí se instalaría un almacén de lubricantes Shell, que fue propiedad de su bisabuelo José Lema (último alcalde de Conxo) y de Olegario Campos, «y fue la empresa de mayor facturación del municipio hasta su disolución en 1927, al constituirse el monopolio de Campsa».

Son cuestiones que se recogerán en el libro que prepara Amigos de Conxo para conmemorar el centenario de la anexión a Santiago, que se alcanza dentro de dos años: «Con él vamos a cerrar la actividad de la asociación, porque estamos cansados y porque hemos cumplido nuestra función, de acabar con tópicos que rodeaban al barrio, como la marginalidad. Afortunadamente, desde que están los nuevos residentes y hay más construcción van desapareciendo, porque los nuevos vecinos se identifican con la historia de Conxo, sobre todo con recreaciones como las del Banquete. Pero cuando empezamos nosotros con este trabajo, no era así». Lema ve con satisfacción cómo se desmontaron «las mentiras históricas de que el primer ferrocarril gallego fuese Santiago-Carril y que Rosalía de Castro fuese picheleira»: porque Cornes era entonces territorio conxense, enfatiza, al igual que la zona de la Praza de Vigo donde vio la luz la autora de Follas novas.

Lema destaca su afición por la intrahistoria local, y deja una anécdota futbolística para el final: «En Cornes tenían un almacén que surtía de jamones a media provincia los hermanos López Valeiras, originarios de Dacón (Ourense). Y uno de ellos, Josefino, fue directivo del Real Fortuna cuando se fusionó con el Real Vigo Sporting para fundar, hace 100 años, el Celta». Tampoco se olvida, cómo no, de la creación del Sporting Conjo hacia 1908. Pero ese es otro capítulo.