El Concello de Santiago renueva otros doce autobuses urbanos con alquileres de 4.390 euros al mes

r.m. SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Estarán disponibles este mes y, con los once sustituidos en diciembre, se asegura el recambio de la mitad de la flota

08 sep 2023 . Actualizado a las 21:59 h.

El Ayuntamiento aprobó esta mañana la contratación del alquiler de doce nuevos autobuses para el transporte urbano, que sustituirán a otros tantos que ya no están en condiciones de seguir prestando el servicio. Aquejada de un importante deterioro por la falta de renovación en los últimos años, la flota municipal lleva tiempo evidenciando problemas por la antigüedad de sus autobuses y ya en diciembre pasado hubo que recurrir al alquiler de once autocares.

Ahora toca cambiar otros doce que no están en condiciones para aguantar hasta que se renueve la concesión del servicio. Ya no lo estaban aunque siguiese adelante la licitación del nuevo contrato que abrió hace unos meses el anterior gobierno, pero menos ahora, toda vez que habrá que reiniciar el proceso, una decisión que también tomó esta mañana la Xunta de Goberno Local en una sesión extraordinaria.

Aunque la renovación de esa docena de autocares ya se había anunciado en agosto, la decisión se adoptó oficialmente hoy «por razóns de necesidade urxente e inminente», según reza el acuerdo de dicho órgano de gobierno, que fijó en 30 días el plazo para la puesta a disposición de ocho de esos autobuses, y en 45 para los otros cuatro. Esos plazos cuentan desde la notificación del acuerdo a la operadora del servicio, que será la que los aporte, aunque el gobierno local cuenta con que estén operativos ya antes de que acabe este mes.

El Concello abonará mensualmente 4.390 euros por vehículo y mes —los contratados en diciembre rondaban los 5.000—, lo que eleva el coste mensual total a los 52.680 euros. Eso supone 158.000 euros de gasto para el último trimestre de este año, 33.000 más de la partida autorizada en julio, cuando se pensaba que con diez autobuses sería suficiente y se proyectaba su alquiler para los dos últimos meses del ejercicio actual.

Contrato directo

Pero la urgencia del recambio en el servicio se ha impuesto, hasta el punto de que el gobierno de Goretti Sanmartín (BNG) ha renunciado a licitar la contratación de esos alquileres y la ha acordado directamente con Tralusa —la concesionaria del servicio, asumido en su día en unión temporal con Trapsa—, solución por la que había optado también el ejecutivo socialista en el anterior mandato y que cuestionó toda la oposición.

Un informe pericial reciente apuntaba «que era moi urxente substituír» esas doce unidades porque «poderían comprometer dar o servizo completo ao inicio do curso, porque entran as frecuencias de inverno, que son máis que no verán, e a nós o que nos interesa é que o servizo funcione, independentemente do sistema que usemos» para disponer de los autocares, dice el concejal de Mobilidade, Xan Duro (Compostela Aberta). La licitación «retrasaba bastante máis e, como a necesidade é urxente, decidimos seguir o método do goberno anterior», expone Duro. «O prioritario e dar servizo á cidadanía».

Con esta nueva remesa y la de diciembre pasado serán 23 ya los autocares que se renovarán, lo que supone la mitad de la flota de Tralusa, la principal operadora, aunque, de los de diciembre, dos fueron para los servicios que presta la empresa Rías Baixas. Los nuevos autobuses no superarán los tres años de edad. Entre los ya alquilados los había nuevos y de un año, lo que en conjunto asegura «unha mellora substancial», dice Duro, en una flota que hasta que comenzó esta renovación contaba con alguna unidad que superaba los tres lustros y cuya edad media estaba por encima de los trece años. «Isto permite un respiro, esperemos que definitivo, ata que se adxudique a nova licitación», añade el concejal.

Mientras, el Concello tendrá que afrontar un gasto anual de prácticamente 1,3 millones de euros (1.297.980) por esos 23 alquileres, gasto al que hay que sumar el generado por los once primeros autobuses renovados y que a finales de este año habrá supuesto casi 666.000 euros.

La nueva concesión del servicio no se decidirá al menos hasta el 2025

El Ayuntamiento tendrá que asumir el coste de esos alquileres hasta que el transporte urbano cuente con nuevo contrato. Y, de momento, esa fecha es incierta, pero en ningún caso será antes de año y medio. Precisamente, la Xunta de Goberno decidió ayer desistir del concurso abierto por el anterior gobierno local, que fue anulado por el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de Galicia (Tacgal) a raíz de los recursos formulados por varias empresas.

Atendiendo a las indicaciones de los técnicos, el gobierno de Sanmartín abrirá un nuevo proceso, en vez de ajustar el anterior a los requerimientos del Tacgal. La subida retributiva pactada en el sector de la provincia de A Coruña, aplicable con efectos retroactivos desde enero de este año, ha dejado obsoleto el estudio económico que ha de servir de base para la adjudicación, lo que ha sido determinante en esa decisión.

Ahora habrá que hacer el estudio pertinente y redactar los nuevos pliegos, aunque no se parte de cero, sino que, al margen de la introducción de las consideraciones del Tacgal y del nuevo estudio económico, parten de los que ya estaban elaborados. Difícilmente la nueva licitación saldrá antes del 2024, porque, aparte del tiempo que precisa el Concello para su elaboración, después deberá someter el informe económico a la valoración de la Oficina Nacional de Evaluación. Y una vez que se licite, se calcula que el concurso precisará entre y año y año y medio para resolverse. Eso sitúa la nueva concesión, como pronto, en el 2025.