El funcionario de Hacienda que manipuló declaraciones acepta perder su trabajo y devolver el dinero, pero no irá a prisión

SANTIAGO CIUDAD

Un pacto con la Fiscalía y la Abogacía del Estado le permite reducir su pena de cárcel de trece a cuatro años, que no cumplirá si no vuelve a delinquir
31 may 2023 . Actualizado a las 16:56 h.Hay derrotas que son claramente una victoria y el funcionario de la Agencia Tributaria juzgado en la Audiencia Provincial de Santiago por manipular declaraciones para quedarse con dinero, puede estar más que satisfecho de su paso por el banquillo de los acusados. La Fiscalía le pedía casi 13 años de prisión y finalmente no pisará la cárcel gracias a un pacto con el ministerio público y la Abogacía del Estado que no fue sencillo. No en vano, tan solo los detalles del acuerdo tardaron casi tres horas en cocinarse en los pasillos de los juzgados compostelanos. El procesado se ha declarado culpable, ha perdido su trabajo y tendrá que devolver todo el dinero, pero le han suspendido de forma extraordinaria los algo más de cuatro años de cárcel en los que le quedó la pena. Salió con cara alivio de la sala y no era para menos.
Antes del juicio, el ya exfuncionario devolvió los 26.547 euros con los que se había quedado y se comprometió a devolver en cuotas de 300 euros al mes los 7.806 euros de intereses. Eso posibilitó que se le aplicara la atenuante de reparación del daño, que junto a la de dilaciones indebidas obraron el milagro judicial de que un acusado que se enfrentaba a casi 13 años de cárcel no vaya a poner un pie en prisión y eso que la pena final superaba, y duplicaba, los dos años que se fijan como límite para evitar la cárcel a los delincuentes que no tienen antecedentes.
Además, la Fiscalía rebajó el delito continuado de estafa por el que estaba acusado a otro de estafa no agravada, en concurso medial con otro de falsificación de documentos mercantiles y públicos. Los siete años de prisión que las acusaciones le pedían inicialmente se han visto reducidos a un año y un mes y dos multas de 5.040 y 360 euros. Por el de blanqueo de capitales la rebaja fue casi total, ya que los cinco años iniciales han quedado en dos meses y 29 días que van a sustituirse por trabajos a la comunidad. Además, tendrá que abonar otra multa de 5.681 euros.
El tercer delito por el que se le acusaba era por cinco casos de accesos no autorizados al sistema de información por parte de funcionario público, por los que la Fiscalía le pedía once meses de cárcel que finalmente han sido sustituidos por la pérdida de su trabajo como funcionario.
Para poder beneficiarse de la suspensión extraordinaria del cumplimento de la pena de prisión, el acusado no podrá volver a delinquir en cuatro años, tendrá que abonar en el plazo de dos años los 7.806 euros de intereses y las dos multas de 5.618 y 360 euros, así como cumplir 190 días de trabajos para la comunidad y también ha tenido que comprometerse a pagar lo que los perjudicados reclamaban como responsabilidad civil. En caso de incumplir alguno de estos puntos, sí acabaría en la cárcel.
El ya condenado trabajaba como informático en la delegación de Santiago de la Agencia Tributaria, situada en Salgueiriños, cuando creó una identidad falsa con la que en octubre del 2013 abrió dos cuentas bancarias. Aprovechando esa falsa identidad y su condición de empleado de Hacienda accedió a expedientes tributarios de dos particulares y de las empresas Uncisa Construcciones e Infraestructuras, Editorial Compostela y Santiago Sur Galicia, logrando devoluciones por un importe total de 11.900 euros que ingresó a su nombre.
Una vez obtenido ilícitamente este dinero, lo blanqueó haciendo continuas extracciones y transferencias a otras cuentas bancarias y también utilizó la identidad de un compañero de trabajo para solicitar dos préstamos por un total de 33.500 euros. Al haber un acuerdo con el ministerio fiscal, ante el tribunal no tuvo que justificar ninguna de sus acciones ni pedir perdón por sus actos, tan solo se limitó a contestar con un lacónico «sí presto mi conformidad» cuando los magistrados de la Audiencia le preguntaron si aceptaba las penas que le imponían.