«Los caballos me hacen sentir bien y me ayudaron con la depresión»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

cedida

Cristina Calviño Mesías es voluntaria de la Asociación Pura Raza Cabalo Galego y acude tres días por semana a Sergude

26 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los caballos son para Cristina Calviño Mesías la mejor medicina contra la depresión, que la tuvo hundida durante meses y que ahora casi solo es un mal recuerdo. «Una mañana con ellos es como una inyección de esperanza. Voy por la mañana, y tengo fuerza para todo el día», explica. Cristina, natural de O Pino, se trasladó a vivir a Santiago hace medio año para estar más cerca de su trabajo en un supermercado. En su acercamiento al mundo de los caballos tuvo que ver «una expareja, que tenía caballos. Fue hace unos seis meses». En una comida conoció a Xacobo Pérez Paz, presidente de la Asociación Pura Raza Cabalo Galego, y «cuando vio como hablaba de los caballos, mi pasión por ellos, me ofreció la posibilidad de colaborar con la asociación; fue mi gran descubrimiento, le estoy muy agradecida». En aquel momento, Cristina estaba de baja por depresión, y «tan solo con acercarme al caballo me sentí mejor, requiere estar muy concentrada y centrar toda la atención en ellos». Ese mismo día, su descanso «fue mejor». Desde entonces, tres días a la semana acude a la sede de la asociación en Sergude (Boqueixón), donde colabora con la entidad, que tiene mayoritariamente caballos «que son sementales y tienen un carácter fuerte, son temperamentales, pero responden muy bien a las caricias y los mimos». Esta joven, que conoce el sufrimiento al haber sido víctima de violencia de género, recuerda que aquellos episodios la llevaron a una profunda depresión, pero «con los caballos empecé a ver la luz. La oportunidad que me dio Jacobo fue un regalo. Con los caballos sentí amor a primera vista. Es como si ellos supieran que los necesito, y me dieran la ayuda emocional que me permite superar la depresión». Cristina transmite este amor por los caballos a su hija de seis años, que «ya me pregunta cuándo volvemos a ver los caballos, y empieza a montar». De su paso por Sergude, la joven destaca especialmente el «buen ambiente que se respira y el apoyo que se recibe. Las horas allí se pasan volando». Pese al poco tiempo que lleva trabajando con los caballos, en las pasadas fiestas de la Ascensión participó en el concurso morfológico de Cabalos de Pura Raza Galega puntuable para la Copa Galicia. Se encargó de mostrar a Morito II, un ejemplar de la propia asociación que se hizo con el cuarto puesto. «Fue un honor, un regalo para mí, poder participar con el caballo. Estaba emocionada. Fue increíble». Cristina lanza un mensaje para quienes tienen caballos y yeguas: «Son muy inteligentes. No es necesario pegarles ni maltratarlos. Con cariño se consigue todo. Necesitan una buena alimentación y bienestar. Si se siguen unas pautas, ellos van a darte más de lo que tú les das». en una zona de fácil observación.