Eliminan la pintada de la fachada de la Catedral de Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

Los restauradores trabajaron por la noche para escapar las miradas curiosas

26 may 2023 . Actualizado a las 17:45 h.

La pintada, que fue realizada durante la madrugada del pasado sábado en la fachada del palacio arzobispal en la praza do Obradoiro, ya es historia. Los restauradores de la Catedral de Santiago dieron, tras un estudio detallado de la piedra y del tipo de pigmento empleado, con el mejor método para eliminarla sin que quedaran ningún rastro de su existencia. Solo se percibe algo más limpia la piedra en el lugar donde hasta ayer había un grafiti, pero con el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas se igualarán los tonos. 

Para trabajar con tranquilidad, y sobre todo escapar de las miradas curiosas de las cientos de personas que pasan a diario por la praza do Obradoiro, a los restauradores se les pidió que realizaran su trabajo por la noche, cuando la plaza queda solitaria. La decisión se tomó también para que el trabajo de los restauradores no se convirtiera en un espectáculo, y evitar así que la imagen de la pintada corriera por las redes sociales. Los expertos consideran que este tipo de pintadas debe ser retiradas lo antes posible para evitar el efecto llamada, y sobre todo, impedir que el pigmento se asiente y sea más complicada su eliminación sin dejar rastros.

Según explicó el restaurador encargado de eliminar el garabato, la pintura empleada fue un espray, lo que facilitó su retirada sin causar más daños a la piedra, que el causado por la acción del vandalismo. El lugar donde se realizó el grafiti coincide con una zona de piedras que ya estaban algo deterioradas debido a los efectos del viento y el agua. Las piedras estarían algo erosionadas, pero aún así la pintura no fue absorbida, por lo que su retirada fue relativamente sencilla. El restaurador explicó que, a diferencia de la realizada hace unos años en la praza de Praterías en la que se empleó un rotulador y su autor presionó de forma reiterada, la realizada en el palacio arzobispal fue con un aerosol que secó casi de forma inmediata. Esto evita que el pigmento penetre en la piedra, lo que implica una mayor dificultad a la hora de su eliminación.  

Aunque en la praza do Obradoiro hay varias cámaras, ninguna de ellas es de videovigilancia, por lo que no hay imágenes del acto vandálico realizado durante la madrugada del viernes al sábado pasado, coincidiendo con las fiestas locales de la Ascensión.

La falta de imágenes dificulta la investigación para dar con el autor o autores del grafiti que, de acuerdo con la última sentencia del Tribunal Supremo que sentó jurisdiprudencia, es un delito al considerar que cualquier pintada sobre bienes del patrimonio histórico-artístico tendrá esa catalogación, al margen del coste de reparar el daño.