El hombre que destrozó un radar en Santiago se enfrenta a un juicio por daños: «Vino arrepentido y dijo que fue un calentón»

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

El radar dañado está en la SC-20 en Conxo, en sentido salida hacia O Milladoiro
El radar dañado está en la SC-20 en Conxo, en sentido salida hacia O Milladoiro XOAN A. SOLER

El responsable, que confesó ante la Policía Local, deberá costear la reparación del dispositivo y pagar una multa

15 ene 2024 . Actualizado a las 17:36 h.

El hombre que en la madrugada del jueves 27 al viernes 28 de abril destrozó a martillazos el radar fijo que está situado en la SC-20 en Conxo en sentido salida de la ciudad se enfrenta a un juicio acusado de un delito de daños. Las consecuencias para él serán económicas, ya que la ley prevé una multa de 6 a 24 meses con importes que son muy variables porque se fijan en función de la cuantía de los destrozos causados y de la situación económica del culpable.

En el caso del radar, los daños se limitaron al cristal del cajetín exterior del dispositivo, en el que todavía son visibles los golpes que dejó el ataque a martillazos. El aparato ha seguido funcionando, pero será necesario reponer el vidrio, que es especial y por ello su coste es más elevado. Además, el causante del incidente tendrá que pagar el importe de la reparación o sustitución a la empresa que gestiona el dispositivo de control de la velocidad.

Dado que el responsable confesó ante la Policía Local de Santiago, el escenario más probable es que cuando el caso llegue a juicio el acusado y el Concello lleguen a un acuerdo de conformidad por el que se pacte una condena y una indemnización.

Y es que el hombre que rompió a martillazos el radar no tardó en lamentarse del incidente y fue él el que, horas después, se presentó en la jefatura del cuerpo municipal compostelano. «Vino aquí arrepentido, pidió perdón y confesó. Dijo que fue un calentón, que se enfadó mucho cuando vio saltar el flash», señala un agente.

Ese hombre es un vecino de O Milladoiro que pasó sobre las dos de la madrugada por el radar. Al saberse multado, perdió el control, se bajó del coche en plena autovía y golpeó en varias ocasiones el aparato con un martillo. Después, volvió a subir al automóvil y se fue a casa, pero a la mañana siguiente se le vino el mundo encima cuando supo que la Policía Local tenía ya muy centrada la investigación y que le seguía la pista. El cerco se cerraba y prefirió ser él mismo el que pusiera punto y final a la búsqueda.

Sin duda, era conocedor de que en la zona de la salida sur de la ciudad hay muchas cámaras de trafico y que la Policía Local compostelana ya estaba estudiando esas imágenes en busca del coche en el que viajaba el conductor que se paró en plena SC-20 para destrozar el radar.

El dispositivo de control de la velocidad instalado en este punto por el Concello es uno de los que más multa de Santiago, pese a ser fijo y estar debidamente señalizado en la carretera con la antelación suficiente. Su entrada en funcionamiento no estuvo exenta de polémica, ya que no pocos conductores consideran que tiene más afán recaudatorio que de mejora de la seguridad vial.

El departamento de Mobilidade, sin embargo, considera que el radar es necesario en este punto para lograr rebajar la velocidad de los vehículos que circulan por la SC-20 y hacer así más segura la incorporación de los que acceden desde el vial que conecta el periférico con Conxo.

Seis dispositivos fijos de control de la velocidad repartidos por toda la ciudad

El destrozado no es el único radar fijo que hay en Santiago, ya que la capital gallega cuenta con otros cinco. Otro está situado muy cerca, también en Conxo y en la SC-20, pero en sentido entrada a la ciudad. Otro más está en la avenida de O Restollal, frente a El Corte Inglés, y dos más en el túnel del Hórreo, en ambas direcciones. El último es un radar de tramo, el único de estas características que hay en la zona, que vigila las peligrosas curvas que hay en la N-550 en A Sionlla.

Además, el Concello compostelano acaba de adquirir un radar móvil que puede colocarse camuflado y que está siendo utilizado en sus primeras semanas para vigilar puntos especialmente sensibles como varios tramos de la SC-20 y la avenida de Asturias en la zona que, por haber un cruce, está limitada a 30 kilómetros por hora.

Este radar móvil también ha vigilado el cruce de Concheiros, limitado a 20 porque por aquí pasa el Camino Francés. En él también hay dos radares informativos, uno en cada sentido, que son dispositivos que marcan la velocidad a la que pasan los vehículos y también la registran para que el Concello pueda tener información fiable sobre seguridad vial.

Este último tipo de dispositivos no multan y están en otras zonas de la ciudad, ya que van moviéndose en función de las necesidades. Finalmente, Santiago también cuenta con los conocidos como fotorrojos, que sancionan a los vehículos que se saltan los semáforos en rojo. Los hay en la calle Amor Ruibal, en la plaza de España —la glorieta del McDonald's—, en San Caetano —en la plaza de la Paz— y también hay otro en la avenida de Romero Donallo.