Avelino Franco Grande, el anestesista erudito

Francisco Barreiro IN MEMORIAN

SANTIAGO CIUDAD

Franco Grande entre Juan Gestal y Ricardo Gurriarán durante un acto en Santiago en el 2014
Franco Grande entre Juan Gestal y Ricardo Gurriarán durante un acto en Santiago en el 2014 SANDRA ALONSO

27 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos ha dejado Avelino Franco Grande después de una larga enfermedad. Uno de los anestesistas pediátricos más importantes de Galicia, que se hizo merecedor del reconocimiento de sus pacientes, sus compañeros y de toda nuestra comunidad. No solo por sus profundos conocimientos, sino también por su dimensión humana, que dejó profunda huella en los hospitales que tuvieron la suerte de contar con su profesionalidad y su magisterio.

Franco Grande fue un médico anestesista humanista con una profunda y erudita cultura general. Nació en O Rosal, estudió bachillerato en Vigo y cursó Medicina en la Facultad de Santiago de Compostela. Durante sus estudios estuvo vinculado a los movimientos culturales de Santiago. Realizó la especialidad en Alemania y fue un adelantado porque se especializó en anestesia pediátrica, que ejerció durante toda su vida. Fue un maestro en cuanto a la transmisión de la especialidad a sus alumnos y compañeros, tanto en Alemania como cuando regresó de nuevo a Galicia y la difundió como pionero en el Chuac y en el CHUS. Fue también un estudioso y un experto en la historia de la cirugía y anestesia de nuestro país. La Medicina compostelana (1847-1950) o Historia de la anestesia en España 1847-1940 fueron algunas de sus publicaciones más importantes.

Cuando presentó dentro de los ciclos de conferencias de la Academia Médico Quirúrgica de Santiago la conferencia sobre los Aspectos históricos de la cirugía compostelana en la segunda mitad del siglo XIX, llamó la atención su comentario de que en Santiago y en España durante los años 1850 y 1888 la cirugía se parecía mucho al far west americano por la gran cantidad de heridos y muertos por disparos, puñaladas y grandes palizas que acudían a los hospitales.

Otra gran aportación a la medicina fue la creación del Museo de Anestesia que se ubicó en la Facultad de Medicina y en el que contó con la colaboración con los doctores V. Ginesta, J. Álvarez Escudero, J. Cortés y otros muchos anestesistas para lograr que llegase a buen puerto.

Su profesionalidad, personalidad y todos los hechos reseñados contribuirán a que Avelino permanezca siempre entre nosotros. Queremos confortar en lo posible a su esposa y familia, en la seguridad de que será recordado con gran cariño y admiración por sus pacientes y sus amigos.