¿Vivir del paro? Ellos son de los que emprenden si no hay empleo y ahora abrieron la Panadería Pájaro en Compostela

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

David Noya está al frente de la Panadería Pájaro, que abrió sus puertas en la Nave 8 de la Praza de Abastos. Allí sirve cada día café y chocolate para llevar desde primera hora de la mañana y los desayunos se han convertido en uno de sus mayores reclamos. Además venden pan y empanadas de Carral y del obrador boqueixonés de Fachal, así como churros, bollería y distintos dulces.
David Noya está al frente de la Panadería Pájaro, que abrió sus puertas en la Nave 8 de la Praza de Abastos. Allí sirve cada día café y chocolate para llevar desde primera hora de la mañana y los desayunos se han convertido en uno de sus mayores reclamos. Además venden pan y empanadas de Carral y del obrador boqueixonés de Fachal, así como churros, bollería y distintos dulces. Sandra Alonso

Su mujer montó en la Praza de Abastos una charcutería al quedarse sin trabajo y David sigue sus pasos al frente del nuevo puesto

02 mar 2023 . Actualizado a las 09:25 h.

Hay quienes pueden estar felizmente parados y vivir del subsidio de desempleo hasta agotarlo antes de ponerse a buscar un trabajo. Y luego está el caso contrario, el de esas personas inquietas por naturaleza a las que se les cae el techo de la casa encima. David Noya es uno de ellos. El compostelano de 38 años recuerda que era encargado de carrocería en una empresa de automóviles y, tras una reestructuración laboral, se vio en la calle de un día para otro. «Despedíronme en setembro e toleábame a cabeza», confiesa, por lo que decidió emprender, tal y como lo hizo su mujer cuando se quedó sin trabajo. Marta Pájaro abrió en aquel momento, hace seis años, la Charcutería Pájaro en la Praza de Abastos de Santiago. «Non sabiamos nada de embutidos nin de queixos. Tiñamos cero experiencia nisto e o único xamón que coñeciamos era o que comíamos no bocadillo. Ofrecéronnos o traspaso da antiga charcutería que había aquí e lanzámonos á aventura, pero se houbera sido unha froitería hoxe seriamos froiteiros», comenta entre risas su marido. Poco a poco fueron ganándose una clientela y llegaron a ampliar el negocio con un puesto anexo. Ahora han reconvertido ese espacio añadido más recientemente en la Panadería Pájaro, en la que David encontró la oportunidad de volver a la actividad.

¿Y por qué una panadería? «Víñanos moita xente a partir das doce da mañá preguntando se lle podiamos facer un bocata co noso embutido e faciámolo encantados, sempre que nos trouxeran eles o pan. Ao final, acababan noutra charcutería. Era unha pena que por non telo perderamos aos clientes e fixemos desa pena unha alegría», dice David. Ahora él ofrece en la Nave 8 pan de Carral y del obrador de Fachal (Boqueixón), de centeno, integral y de masa madre; además de bollería, dulces y empanadas. Las que más demanda tienen el fin de semana son las de zamburiñas y pulpo y, entre semana, la de bacalao. Pero, además, en la Panadería Pájaro sirven café y chocolate para llevar todos los días a partir de las 6.30 horas. «É un servizo pensado, sobre todo, para os praceiros. Aquí moitos abren ás 6.00 e antigamente había algunha cafetería cerca aberta na que ir a buscar un café, pero xa non hai ninguén pola zona que comece antes das 9.30», indica un treintañero que conoce bien el oficio de la hostelería, ya que sus padres tuvieron durante más de 30 años bares en la ciudad, el Noya en Conxo y el Porta do Camiño en la entrada de San Pedro. «Podo dicir que nacín en medio de cafés», asegura David, quien confía en que «loitando poderemos facernos un oco, como fixemos coa charcutería, aínda que hai outros profesionais ao lado que están noutro nivel, cun nome e antigüidade que a nós nos queda lonxe». Él es de los que piensa que hay público para todos y reivindica, sobre todo, apoyo al comercio local: «Hai a idea de que as cousas na Praza de Abastos son máis caras, pero están ao prezo de calquera supermercado ou centro comercial».