Alberto G. Fandiño: «La Vespa ofrecida al Apóstol en el altar mayor de la Catedral en 1965 fue para el cura de Sar»

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El comisario de la exposición sobre los 70 años del Moto Club Compostela subraya la implicación de la entidad en la historia de la ciudad

07 feb 2023 . Actualizado a las 22:56 h.

Alberto G. Fandiño (Pontevedra, 1974) se define como «motero de toda la vida», así que desde que se afincó en Santiago hace 25 años es integrante del Moto Club Compostela, y comisario de la exposición del 70 aniversario de la entidad que se puede visitar en la Casa do Cabido hasta mediados de mes.

—¿Cómo surgió la iniciativa?

—En el 2019 sacamos un par de proyectos para dar difusión al moto club. Veníamos de organizar el Campeonato Gallego de Velocidad, de recuperar las carreras de Vespas y de Clásicas, y con vistas al Xacobeo decidimos que era el momento de homenajear al motoclub. Y qué mejor que una exposición para dar visibilidad a todo lo hecho hasta ahora. Hablando con socios, algunos jubilados, vimos que había un montón de historias y piezas significativas. Preparé una memoria y ahí empezó todo.

—¿Por qué hay que ir a esta exposición?

—Siendo de Santiago, porque resalta el vínculo entre el club y la historia de la ciudad: hace visible lo que se han influido mutuamente. Hemos participado de la sociedad de Santiago desde el principio y formamos parte de ella. Y si no eres de aquí, puedes ver una pequeña parte de la evolución del motociclismo en España.

—¿En qué contexto se funda el motoclub en 1953?

—En aquellos años era muy difícil comprar una moto. Había muy pocas en stock y eran muy caras. Quienes circulaban en moto eran personas con cierto peso específico. Y ya no hablemos del mantenimiento y la reparación. Tú te comprabas una moto y tenías que aprender mecánica, sí o sí: tenías una avería en Noia, y o la arreglabas tú o allí quedaba. Por eso yo siempre digo que los mejores mecánicos salieron de aquella época. En los 60 se hizo más accesible, y surge ya un movimiento social, tan significativo como el de las Vespas.

—Al punto de llegar a introducir una Vespa en el altar mayor de la Catedral.

—En la exposición hay una historia muy chula del Vespa Club Santiago que habla de la peregrinación mundial en 1965, coincidiendo con el Año Santo, con miles y miles de motos. Y llega esa imagen tan curiosa: la ofrenda de una Vespa al Apóstol en la misa del peregrino, que llevó hasta el altar mayor Adán, entonces un chaval de 14 años que trabajaba en el concesionario Villaverde adonde la había enviado la marca desde Madrid, recién salida de la línea de producción.

—¿Y dónde acabó esa moto?

—Pasó a ser propiedad de la Iglesia, y lo siguiente que sabemos es que fue cedida al cura de Sar. Y aunque estuvimos buscando por todos lados, ahí perdimos la pista de esa unidad.

Sandra Alonso

Motos históricas, prendas de época y fotografías de 70 años de actividad

La exposición homenajea a personas que han dado vida a la moto en Santiago, como Segundo Hevia, Basilio Carril o los hermanos Garabal. Y las motos de algunos ellos están en la Casa do Cabido, como una Montesa Brio de 1961 y una Peugeot de 1956. De un año antes es una Iso, detrás de la que se observa una foto antigua de la señora de Confecciones Riande, que existía en el Toural, sobre la moto. Fandiño explica que la muestra ha dejado ya multitud de anécdotas, como la emoción de los hijos de Serafín Maroño (cartero en la ciudad muchos años) al descubrir una imagen de su padre que desconocían, en una de las instantáneas de la exposición: «Ellos ni sabían que su padre había tenido moto», comenta.

La Casa do Cabido alberga también una Bultaco Sherpa de trial y una Ossa Copa 250 de competición de 1972, así como ejemplares exclusivos como la Lambretta Lui, que no se fabricó ni se comercializó en España: «En toda la Península Ibérica puede haber diez unidades, y la mitad están en Santiago», de integrantes del Scooter Club Compostela. Las prendas de época de los motoristas también están en la muestra. Puede visitarse, con entrada gratuita, de 10 a 14 y de 16 a 20 horas de martes a sábado, y de 11h a 14 los domingos.

Sandra Alonso

Hasta aquí, la historia. Por delante, el futuro: organizando pruebas de competición, colaborando en pruebas deportivas, con eventos solidarios (como la Papanoelada y la escolta a los Reyes Magos al hospital de Conxo), la Ruta Rosaliana, y con nuevos proyectos, como dar un paso adelante en la formación de pilotos.