La casa okupa de Amor Ruibal impide completar la urbanización de toda una manzana de Santiago

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Imagen aérea en la que se puede comprobar qué partes de los edificios quedaron sin construir
Imagen aérea en la que se puede comprobar qué partes de los edificios quedaron sin construir GOOGLE MAPS

A los problemas con la vivienda se suman desacuerdos entre dueños de otras fincas de la zona

28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Construir cuatro edificios, dos cuadrados y dos rectangulares, todos idénticos entre sí. Ese era el plan de actuación urbanística que a finales de los años 2000 se llevó a cabo en el barrio de Pontepedriña entre las calles Amor Ruibal y las tres que homenajean a los pintores Laxeiro, Urbano Lugrís y Juan Luis. Es necesario utilizar Google Maps para comprobar fácilmente que no se ha completado. Los problemas creados por la vivienda número 10 de Amor Ruibal, okupada de nuevo desde hace un par de meses, han vuelto a evidenciar una cuestión: la urbanización de la manzana se quedó, casi a medias.

A día de hoy, el plan del Concello de Santiago —titular del suelo sobre el que se ubica el edificio okupa— es llevarla a término por fases y la primera sería la demolición del problemático edificio. Así lo explican desde Urbanismo, que confirman que se ha intentado entrar en el bloque para comprobar su estado, aunque no se ha tenido éxito. Los inquilinos han impedido a cualquier funcionario o agente de la Policía Local acceder, de ahí que lo siguiente sea reclamar una orden judicial para poder entrar a su interior.

Sin okupas dentro, las mismas fuentes creen que la solución sería rápida, ya que el Concello tiene la «firme decisión» de completar esa citada urbanización del barrio. Concretamente tendría que finalizar la esquina donde se ubica la casa okupa y llevar la calle Pintor Juan Luis a la misma cota que Amor Ruibal, viales que a día de hoy están partidos por unas escaleras con una altura a salvar de un par de metros.

Si no se realizó antes, explican, fue porque existían unidades pequeñas de actuación de gran dificultad y que, ejecutándolas de manera individual, no se podía resolver el problema. Promotores privados se plantearon hacerlo directamente, aunque también desistieron por su dificultad.

Dos personas, esta semana entrando en la casa okupada de la calle Amor Ruibal
Dos personas, esta semana entrando en la casa okupada de la calle Amor Ruibal Sandra Alonso

Los edificios sin terminar

De los cuatro edificios proyectados, dos se han completado al 100 % y los dos que están pegados a Amor Ruibal quedaron, más o menos a la mitad. El que hace esquina con la calle Pintor Laxeiro quedó sin construir en dos pedazos por, según explican desde Raxoi, desacuerdos entre propietarios de los suelos y la empresa constructora.

Uno de esos dos pedazos no impidió que se urbanizara toda la calle Pintor Laxeiro. Sin embargo, en la Pintor Juan Luis no hubo tanta suerte. Según los planos del Concello, ahí hay tres pedazos de terreno que pertenecen a tres dueños diferentes, lo que impidió poner la calle a nivel.

Es por ello que, aunque el Concello de Santiago trató en el 2006 de inscribir en el Registro de la Propiedad las parcelas resultantes de la equidistribución aprobada, este paso fue denegado porque había una finca en la que no había acuerdo entre dos propietarios. Eso, afirman, bloqueó la finalización de la calle Pintor Juan Luis, que a día de hoy sigue sin terminarse.

Otra cuestión diferente es la que afecta al edificio contiguo, que tampoco se completó. Desde Raxoi afirman que el constructor no llegó a acuerdo con el dueño de una finca que da Amor Ruibal y Pintor Lugrís, lo que motivó que esta segunda calle tampoco esté finalizada. Una cuestión diferente para los vecinos del barrio, cuyo problema hoy no es ese edificio a medio terminar, sino los okupas.