La discoteca Vanitas reabre tras superar los problemas de seguridad, pero el gastrobar Cacao se mantiene precintado en Compostela

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Los técnicos ven «cosas pendientes» en el restaurante y en el local del Ensanche se levantó el precinto a lo largo de la jornada de ayer

28 ene 2023 . Actualizado a las 22:03 h.

Los problemas de seguridad están detrás de los precintos y cierres cautelares de los dos locales de ocio de Santiago, que el departamento de Urbanismo está estudiando al detalle antes de permitir su apertura. El Concello, y más concretamente el área que dirige la concejala Mercedes Rosón, está decidido a no dejar pasar ni una a quienes pongan en marcha establecimientos en los que se concentrarán decenas de personas, y exige el cumplimiento riguroso de todas las medidas que garanticen su seguridad e integridad física en caso de emergencia.

En las últimas horas, el Concello levantó el precinto de la discoteca Vanitas después de que la propiedad resolviera los problemas de seguridad, que impedían su funcionamiento. De hecho, esta pasada noche del jueves, una de las más activas en el ocio nocturno, pudo volver a abrir sus puertas tras varias semanas de cierre forzoso. 

El que todavía deberá resolver sus problemas es el gastrobar Cacao —que ocupa el local de la antigua chocolatería Raposo en la rúa das Orfas— y que el Concello mantiene precintado hasta que solvente los diversos problemas vinculados a garantizar la seguridad de las personas que allí se acudan.

XOAN A. SOLER

Cacao: ruta de evacuación

Fuentes municipales apuntan que, si bien se ejecutaron algunas de las cuestiones que se les demandó a los propietarios de Cacao, todavía quedan «cosas pendientes por resolver» que afectan a la seguridad. Aseguran esas fuentes que, incluso cuando se termine de analizar la nueva documentación presentada y se realicen las comprobaciones en el local de la rúa das Orfas, es muy probable que no se levante la orden de cierre temporal. El restaurante fue inaugurado el 23 noviembre, y solo 20 días después Raxoi ordenó su cierre. El 16 de enero, tras abrir unos días, recibió una segunda orden de cierre —en esta ocasión, de forma presencial— al considerar los técnicos municipales que no se habían corregido las cuestiones que motivaron el precinto. Algunas de esas deficiencias determinantes para ordenar el cierre cautelar fueron la falta de cortina cortafuegos —que los propietarios alegaron que no fue colocada porque no les había llegado—, defectos en la puerta de evacuación y, lo que los técnicos consideraron más grave, no tener libre la ruta de evacuación. Parte de estas cuestiones seguirían pendientes de ser corregidas. Precisamente por seguridad, el aforo del Cacao se redujo de 270 personas a 154.

XOAN A. SOLER

Vanitas: reciente reapertura

En cuanto a la discoteca Vanitas, fue precintada el pasado día 21, después de que, según fuentes municipales, sus gestores no acataran la orden de cierre dictada unos días antes. Las irregularidades en la puerta principal motivaron la clausura de la actividad, junto a los cambios realizados en las escaleras durante las obras de reacondicionamiento del local, que no se ajustaron a la licencia concedida. En este caso, los propietarios tuvieron que solicitar un permiso nuevo para incluir ese cambio de diseño.

Con todo, y a diferencia de la situación de Cacao, el levantamiento del cierre de Vanitas ya se había dicho este pasado miércoles que estaba cerca, al resolver ya los problemas en la puerta principal del local y revisar la distribución de la escalera. En este caso, el propietario entregó toda la documentación y diversas fotografías «que parecen indicar que todo está arreglado». Pero la revisión de la documentación no supone el levantamiento inmediato del cierre cautelar, supeditado a la comprobación presencial. Al ser un establecimiento de ocio nocturno, los técnicos deben notificar por escrito al propietario el día y la hora a la que acudirá la aparejadora para realizar la inspección. Como los funcionarios no tienen turno de noche, ese trámite se retrasó algo más que si fuera un local con horario diurno.

Sandra Alonso

Way Club, pendiente de nueva licencia

El caso del Way Club tiene una resolución más lenta que la de los otros dos locales de ocio cerrados por el Concello. La concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón, indicó en favor de los propietarios del Way Club que «acataron el cierre sin ser necesario el precinto». Pero aún así deberá tramitarse una nueva licencia de actividad que ajuste las obras de reacondicionamiento del local, que no son acordes a la licencia del antiguo pub Retablo. En el Concello precisan que a los propietarios del club se les pidió la «reposición de la legalidad, y presentaron la documentación para legalizar las obras que no se ajustan a la licencia anterior», lo que en la práctica supone conceder una nueva licencia. Entre las irregularidades detectadas figuran bajar la altura de las dos plantas por debajo de los 2,5 metros recogidos en los permisos y que las escaleras de la salida de emergencia no cumplen con la normativa al carecer del ancho suficiente, conducir a las viviendas del edificio y no contar con iluminación de emergencia y barandillas que eviten caídas. Fuentes municipales apuntan que algunas cuestiones no precisan obra para ser corregidas y otras requieren de nueva licencia. El arquitecto municipal está terminando su informe y después se realizará otra inspección, aunque es probable que se levante el cierre. Desde el Ayuntamiento matizan al respecto que la nueva normativa permite cuestiones que no autorizaba la anterior.