La tienda de textil del hogar fundada en Ames que crece a pesar de crisis y pandemias

SANTIAGO CIUDAD

Natividad (en la foto, de verde) y Mar (de beige), en la nueva tienda de Noa Hogar de Santiago, donde «tuvimos una acogida increíble», celebran. «Me llenó de satisfaccion la acogida, tanto por parte de los clientes nuestros, los de siempre y los nuevos, como de los compañeros comerciantes los de siempre y los nuevos. Fue lo único bonito de diciembre. Me sorprendió y estoy muy agradecida. La gratitud entra en mi vocabulario en el día a día y te ayuda a querer mejorar cada día», dice la propietaria.
Natividad (en la foto, de verde) y Mar (de beige), en la nueva tienda de Noa Hogar de Santiago, donde «tuvimos una acogida increíble», celebran. «Me llenó de satisfaccion la acogida, tanto por parte de los clientes nuestros, los de siempre y los nuevos, como de los compañeros comerciantes los de siempre y los nuevos. Fue lo único bonito de diciembre. Me sorprendió y estoy muy agradecida. La gratitud entra en mi vocabulario en el día a día y te ayuda a querer mejorar cada día», dice la propietaria. Sandra Alonso

Natividad y su marido abrieron un pequeño establecimiento en O Milladoiro cuando estalló la burbuja del ladrillo y hoy ya tienen cuatro, el último acaba de inaugurarse en Santiago

20 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice Natividad Iglesias Carballido que a ella nunca le dio miedo emprender, a pesar de no tenerlo precisamente todo a su favor, y los hechos la avalan. Ella y su marido abrieron hace unos 15 años, cuando estalló la burbuja del ladrillo, un pequeño establecimiento en O Milladoiro (Ames). Y su tienda de textil del hogar, Noa Hogar no solo resistió a los embistes de crisis y pandemias sino que ha ido creciendo en este tiempo. El último local que inauguraron -el cuarto, actualmente- fue en Santiago, a mediados del mes pasado.

«No es la mejor época, pero lo vi como una oportunidad. Soy una mujer de retos», dice la santiaguesa de 39 años. «Teníamos la ilusión de volver a Santiago porque estuvimos nueve años en otra ubicación, en Rosalía de Castro. Antes de la pandemia teníamos aquel, el de O Milladoiro y los que montamos en As Galanas (Teo) y Bertamiráns (Ames); y quise tomarme un descanso. Cerramos allí en la primera del 2019, pero vi que estaba disponible este bajo tan grande y vistoso en lo alto de la cuesta de La Camelia, mucho más accesible para los clientes de la ciudad que el anterior... y no me pude resistir», cuenta la copropietaria y cara visible de Noa Hogar. Ella está orgullosa de haber empezado «desde abajo» y de seguir con los pies en el suelo: «Mi marido era autónomo y se dedicaba a esto, al textil para el hogar. Desde chavales íbamos a ferias y outlets, y vendíamos a otra gente. Venimos del raso y seguimos en él».

Nati está al frente de un equipo de media docena de dependientas, además de los chicos de almacén, y están buscando refuerzos, «gente con experiencia en el trabajo de cara al público», indica. En el establecimiento de Santiago tiene a Mar como mano derecha y, al ser un bajo espacioso, prácticamente tanto como el de Teo, «tenemos más variedad». Trabajan, además de textil y complementos para el hogar, artículos para bebés, indica: «Hay desde lo más básico para vestir una cama hasta cortinas confeccionadas, mantitas para la cuna y detalles para el recién nacido, paños, manteles o toallas y alfombras para el baño».

Su filosofía es ofrecer, siempre que pueda, producto gallego o nacional, y para ella su punto fuerte es «la relación calidad-precio» y el «trato personalizado y cercano, dentro de nuestras posibilidades y el apuro que tengamos en ese momento». Y presume de ser una de las empresas del sector más activas en las redes sociales, con al menos una publicación diaria. «Aquí puedes encontrar desde sábanas de 10 euros hasta de más de 80, adaptadas a lo que pueda pagar el cliente», dice. En este momento, lo que mejor salida está teniendo son las sábanas de invierno: «Las de coralina son las número uno en ventas, porque no hacen bolitas en la vida; y también hay de franela y térmicas».