Diego Rey ya puede recibir ayuda en su casa de Santiago al ser reconocido gran dependiente

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

La Xunta acaba de concederle al enfermo de esclerosis el paso del grado 2 al 3

19 ene 2023 . Actualizado a las 23:54 h.

El entramado burocrático que viene complicando la vida a Esther Tubío y Diego Rey, desde que en el 2020 le diagnosticaron a él esclerosis múltiple, parece empezar a desenredarse. Hace unos días, la Xunta de Galicia le comunicó que se le concedía el grado 3 de dependencia, lo que supondrá poder acceder en mejores condiciones económicas a la prestación de ayuda a domicilio. Este servicio les permitirá contar con una persona que acuda al domicilio para cuidar a Diego, mientras ella realiza gestiones, atiende a su hija o «tan só durmo ou fago recados sen o temor de saber que Diego queda só na casa».

Esther Tubío tiene previsto solicitar esta ayuda, «aínda que sexa só unha hora á semana», porque «estou animicamente cansada e desbordada, estou esgotada, preciso ter un tempo, aínda que sexa pouco, para descansar». La mujer está reconocida como cuidadora única de Diego, que requiere atención durante las 24 horas del día, ya que está encamado desde hace meses.

Pendientes del PIA

Para realizar la petición de ayuda a domicilio, «aínda falta que me chegue un papel, o da PIA (programa individualizado de atención), pero agora xa está encamiñada a cuestión. Supoño que ten copago, pero imaxino que teremos que pagar pouco». Con el grado 2, esta misma ayuda «non era viable para nós», ya que la cuantía a pagar era alta. Esther Tubío recordó que solicitó la revisión del grado de dependencia el año pasado, y «non o fixen antes porque estaba segura de que tiña xa o grao 3, entereime de casualidade. É que, xa o dixen outras veces, non tes toda a información a un tempo. Te enteras de que hai unha axuda, e tocas portas para pedir información e non sempre das coa correcta».

Tras la revisión del grado de dependencia casi se cierran todos los expedientes administrativos que la pareja tenían abiertos desde hace más de dos años. A principios de enero recibieron también la noticia de que la Seguridad Social le reconocía a Diego la gran invalidez, lo que implica un incremento económico en la renta que percibe cada mes, y que la familia precisa para poder afrontar la petición de un crédito para adaptar la vivienda familiar a las necesidades actuales del enfermo.

El reconocimiento de la gran invalidez llegó después de que la pareja presentara denuncia en el juzgado por la demora en resolverse su petición. Aunque se le concedió, la pareja no se librará aún del papeleo. Esther y Diego reclaman que se le paguen los atrasos de la gran invalidez, y que se revise el cálculo realizado. «O noso avogado está traballando na reclamación dos atrasos, e agora xa sei que temos que ter paciencia».

Durante todo este tiempo, Esther mantuvo reuniones con arquitectos y con técnicos municipales para «ter máis o menos traballo adiantado para facer as obras, pero aínda non vai a ser para agora. E tamén con bancos». Antes de afrontar la adaptación de la vivienda, «para o que temos un presuposto estimado, temos que buscar unha casa para trasladarnos. Non podemos estar na casa mentras se arranxa todo, pero a busca non está sendo doada», explica. Su intención es encontrar un piso en Santiago al que se mudarían mientras se realizan las obras, «non podo saber por cánto tempo».