
La ceremonia, en la que se recordó a Benedicto XVI, concluyó con el abrazo del arzobispo Julián Barrio al Apóstol tras dos años de prohibición
01 ene 2023 . Actualizado a las 13:05 h.Santiago cerró este sábado 31 la Puerta Santa clausurando un atípico Año Santo que se convirtió en bienio por el coronavirus. En un gesto simbólico, como si también con él cerrase por fin la pandemia, el arzobispo Julián Barrio abrazó la figura del Apóstol Santiago en el altar mayor, el ritual por excelencia del peregrino que estuvo vetado en los últimos dos años por razones sanitarias. Un abrazo envuelto en los aplausos de todos los asistentes a la misa con que finalizó la eucaristía. En ella, estuvo presente el recuerdo al papa emérito Benedicto XVI, por quien repicaron las campanas. El propio arzobispo recordaba su visita a Compostela hace doce años, en la que el pontífice se había admirado del Pórtico de la Gloria: «Esta tarde le pedimos al Señor que el Apóstol Santiago lo haya acompañado hasta el pórtico definitivo de la Gloria, donde él como colaborador y trabajador por la verdad que ha sido, podrá contemplar la vida cara a cara en Dios nuestro Padre, en Jesucristo nuestro Señor y en el Espíritu Santo, dador de toda vida. Así lo pedimos».
Hacia las 17 horas el arzobispo de Santiago cerraba, en medio de un temporal de lluvia y viento, la Puerta Santa en este año jubilar que hace el número 120, desde el año 1182. Volverá a abrirse el 31 de diciembre del 2026, para la celebración del Xacobeo 2027. En la solemne ceremonia de clausura, el Nuncio apostólico, Bernardito Auza, leía la carta del papa Francisco. Si en la apertura del jubileo había reflexionado sobre el lema elegido, Sal de tu tierra, ahora se centraba en otra de las expresiones del bienio jubilar, Santiago te espera. Señaló el pontífice que fueron dos años nada fáciles a nivel mundial, y puso la mirada en la meta hacia donde peregrinar. Dijo que en la Catedral «nos espera Santiago, y él (como todos los santos) nos señala a Jesucristo». Animó a buscar el sentido de la propia existencia, como hacen los peregrinos, y a seguir «caminando hacia Jesús, buscándolo allí donde Él mismo nos indica su presencia. No dejemos de ir sobre todo a las periferias existenciales, al encuentro de los más pequeños y olvidados de la sociedad, donde encontraremos al Señor en el rostro de los pobres, los migrantes, los enfermos, los presos; en esos hermanos y hermanas más vulnerables Él nos espera de un modo especial». Invitó a caminar con esperanza que, dijo, «es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna», un pasaje este último de su tercera encíclica, Fratelli Tutti, firmada en Asís el 3 de octubre del 2020.
Por su parte, en la misa posterior al cierre de la Puerta Santa, el arzobispo Julián Barrio subrayó en su homilía que «el Año Santo Compostelano a lo largo de la historia ha ido conformando muchos de los aspectos de nuestra cultura, contribuyendo a ampliar la visión moral y suscitando cuestiones de interés existencial que van más allá de los planteamientos éticos, sin ocultar miedos e insatisfacciones». Destacó la llegada de numerosos peregrinos, pese a las consecuencias de la pandemia y de las guerras en Ucrania y otras partes del mundo, subrayando además que «la Puerta Santa como símbolo se ha cerrado pero sigue siempre abierta la Puerta que es Cristo, camino, verdad y vida». Mostró su gratitud a la Xunta, al delegado del Gobierno y al Concello de Santiago «polas axudas e servizos prestados para unha boa acollida dos peregrinos».
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ejerció como delegado regio, pasando revista a las tropas en la plaza del Obradoiro a las 16 horas. Entre las autoridades que participaron en la ceremonia estuvieron el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; y el general, Juan Francisco Arrazola Martínez, jefe del Mando de Apoyo a la Maniobra. También acudieron conselleiros del gobierno autonómico, y concejales de la corporación compostelana. El mal tiempo obligó a suspender el espectáculo de danza previsto al final de la eucaristía.