El caso de Diego Rey, enfermo de esclerosis múltiple, desata una ola solidaria en Santiago

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

La familia recibe una oferta para una bomba de calor, regalos de Reyes para la hija y donaciones en la plataforma GoFundMe

19 mar 2023 . Actualizado a las 13:28 h.

La historia de Diego Rey, enfermo de una variante rápida de esclerosis múltiple, y de su mujer, Esther Tubío, no consigue modificar los tiempos fijos de los trámites administrativos, que hacen interminables los procesos para conseguir, por ejemplo, la revisión del grado de dependencia del compostelano por parte de la Xunta o la consecución del reconocimiento como gran inválido, que depende de la Seguridad Social. Sin embargo, frente a la frialdad de la maquinaria administrativa, la sociedad civil vuelve a dar una lección de solidaridad y generosidad, hasta el punto de «hacer más llevadero el día a día» e inyectar ánimo a una familia que está viviendo momentos muy duros, tanto económica como anímicamente.

«Es increíble, pero gente que no nos conoce de nada nos está ayudando sin pedir nada a cambio», agradece Esther Tubío. Ninguna de las personas que se pusieron en contacto con este periódico para localizar a la pareja quiso que su nombre se hiciera públicos. «Cuando hablaron conmigo me decían que solo querían ayudar. No buscan reconocimientos públicos», resalta Esther.

Explica que un amigo de Diego «siempre está dispuesto a ayudarnos cuando necesito a alguien para quedarse con el. Otro abrió una cuenta (https://www.gofundme.com/f/factura-de-la-luz-de-diego-y-su-familia ) en la plataforma GoFundMe para recaudar fondos económicos para ayudarnos. Un dinero que se destinaría a hacer frente a los gastos más esenciales de Diego», indica.

Temor a la factura eléctrica

Un hombre de Valencia que se enteró por la prensa de la historia de Diego y Esther llamó a la pareja que reside en la rúa das Hortas para ofrecerles la instalación, sin coste, de una bomba de calor. «Sería una gran ayuda, porque así tendría resuelto lo de la calefacción», señala Esther. Aunque la familia consiguió el bono social, la mujer reconoce temer la llegada de la factura eléctrica: «Así que priorizo los aparatos que Diego necesita sí o sí». Esa bomba de calor, por ahora, no podrá instalarla, porque requiere «hacer obras en casa, y sin el incremento de la pensión de Diego no puedo acceder al crédito para adaptar la vivienda». Para aumentar su pensión tendrían que concederle la gran invalidez. Ante la demora en la resolución de este asunto, la pareja interpuso una demanda en el juzgado, «pero seguimos a la espera de la fecha del juicio. Todo es tan lento... No tienen en cuenta la situación de Diego. Tratan su caso igual que todos, pero no todos son iguales».

Esther Tubío revela que una doctora se ofreció a ayudarla a ella: «Yo no pido nada para mí, pero me decía que quería cuidarme para que pudiera cuidar de Diego y de nuestra hija». Otro de los gestos solidarios que más satisfacción le produjo fue la decisión de una mujer de ocuparse de los regalos de Reyes de su hija. Esther señala que son muchas las personas que, tras hacerse público su caso, contactaron «por medio de Facebook o por el periódico para ofrecernos ayuda. Estoy agradecida por la generosidad de la gente. Incluso una chica que estudió conmigo, y con la que no tenía mucha relación, me ofreció ayuda», subraya.

Con todo, Tubío insiste en que la «auténtica ayuda» sería que la Administración cambiara los protocolos para atender las solicitudes. «Cuando llamas para preguntar cómo va el expediente, la respuesta es siempre la misma. La gran dependencia tarda años en resolverse, van por orden de entrada. Les da igual la gravedad de Diego». Hace unos días le dijeron que «se trataría por urgencia, pero no sé a que le llaman urgente ellos. No todos los casos son iguales, y debería priorizarse por gravedad».