Rescatan a un caballo desnutrido en Compostela y convierten su recuperación en el reto del 2023

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Josy, junto a sus cuidadoras de Hípica La Lagunita, quienes explican que este caballo árabe llegó a sus instalaciones de San Marcos «siendo un saquito de huesos con piel, pero con muchas ganas de pelear». Tres semanas más tarde, se va recuperando y se ha convertido en un propósito solidario al que se suman a diario los niños de la escuela con sus mimos y cariño.
Josy, junto a sus cuidadoras de Hípica La Lagunita, quienes explican que este caballo árabe llegó a sus instalaciones de San Marcos «siendo un saquito de huesos con piel, pero con muchas ganas de pelear». Tres semanas más tarde, se va recuperando y se ha convertido en un propósito solidario al que se suman a diario los niños de la escuela con sus mimos y cariño. XOAN A. SOLER

Josy, bautizado por los niños de la escuela de equitación Hípica La Lagunita, casi no era capaz de ponerse en pie cuando llegó a sus instalaciones

14 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Josy tuvo diferentes dueños antes de llegar a Hípica La Lagunita. En el centro de equitación de San Marcos, en Santiago, sospechan que fue maltratado durante años. Su último propietario, cuentan, no tenía experiencia con caballos y este necesitaba una atención especializada para salvar su vida. Así es cómo entró a formar parte de la familia de A Lagoa este animal, al que pronto le pusieron un nombre nuevo los niños de la escuela, quienes «decían que se parecía a Yoshi, el personaje de Mario Bros», explica Requina Jaber (más conocida como Minchi). ¿Cómo llegó hasta ellos? Estaba en una finca próxima a la suya, donde tienen los caballos de retiro, y les dieron el aviso pensando que era suyo, relata: «Lo vimos en mal estado y propusimos a su anterior dueño hacernos cargo, ya que no sabía muy bien qué más hacer por él. Nosotras le estamos haciendo pruebas porque, además de desnutrido, tose mucho, no respira bien y le fallan las patas de atrás, además de estar ciego del ojo izquierdo». Tiene 16 años, calculan, pero podría llegar hasta los 30 con los cuidados adecuados. Por eso han convertido a Josy en su reto para el 2023 y, tras dar a conocer su historia a través de las redes sociales, ya han recabado los primeros apoyos.

«Contactó con nosotros un especialista en nutrición equina en nombre de la empresa Kelpies y están probando un pienso que, al parecer, hacen de forma específica para él. Van a hacer un seguimiento para comprobar si funciona, si hay buena digestión, diarreas... Hay que ir muy poquito a poco en casos como este. Otra chica que nos está ayudando es una osteópata de caballos, de Animal Zen, con la que ya hemos trabajado. Y, como nosotros tenemos camas de paja y no le vienen bien porque es demasiado azúcar, una mujer le compró los sacos de viruta. Ahora está cogiendo fuerza, calentito en su cuadra; y, después de tres semanas, empezamos a ver una mejoría. La expresión ya le ha cambiado un 100 %. Cuando lo rescatamos tenía todo el cuerpo lleno de hongos y, con los productos que le estuvimos aplicando, se le están yendo. Las patas ya no están tan hinchadas y hasta consigue mantenerse en pie. Incluso ha dado sus primeros pasitos al trote, aunque se cansa rápido», explica Minchi. Ella espera que, «entre todos, le podamos dar una Navidad feliz» y pide a las personas interesadas en colaborar que en primer lugar se acerquen hasta sus instalaciones para conocer a Josy, que vean de primera mano los cuidados que recibe y los esfuerzos que están invirtiendo en ello, que lo cepillen o lo abracen y le den cariño «porque eso es algo que viene bien a todos, a los caballos y a los seres humanos». Y, si después de eso, quieren poner 1 euro, 2 euros o los que sean, para ayudar a pagar todos los tratamientos, vitaminas, vacunas y desparasitantes, inclusive volver al cabo de un tiempo para comprobar cómo se recupera, cualquier colaboración será bienvenida, dice la responsable de La Lagunita.

En el centro de equitación compostelano están implicadas cuatro personas en la lucha del día a día. Aparte de ella, está Requina (madre), Patricia Rey (una empleada que ya es como una hermana para Minchi) y Moncho Rodríguez Nieto (el mozo de cuadras y parte integrante de la familia de A Lagoa, a la que une su amor a los caballos). Aclaran que esta no es la primera vez que rescatan a un caballo, ni mucho menos: «Cuando vemos a un animal en mal estado nos gusta sacarlo adelante. Casi todos nuestros caballos tienen su historia. Todos fueron recuperados por nosotras, no a lo mejor a un nivel tan exagerado como este, pero cada uno tiene su historia y es un miembro más de la familia. Ahora tenemos 24 en San Marcos y, en otra finca, están los retirados, donde les damos una buena jubilación, más tranquila».

Comentan que en Josy se encontraron a un ejemplar muy cariñoso, especialmente con los niños, «aunque al estar ciego de un ojo, el derecho, y como tampoco tiene la visión completa en el izquierdo, a veces es un poco brusco». Recuerdan que su veterinario de confianza, Miguel Recuna, fue el primero que se volcó con el caballo, realizándole las primeras pruebas, les ayudó a levantarlo la primera vez, y «estuvo al pie del cañón desde el principio».