Alta política

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

27 nov 2022 . Actualizado a las 12:07 h.

La estrepitosa salida de Javier Fernández del gobierno compostelano deja certezas y algunos interrogantes hasta ahora no suficientemente respondidos pero que el devenir de los acontecimientos puede despejar, o no. Las certezas: el ejecutivo de Bugallo y su propia candidatura a la reelección en seis meses quedan tocados. Porque no se puede decir que los socialistas estén llegando sobrados al fin del mandato, más bien al contrario. La pataleta de Fernández, por el que dio la cara el propio alcalde hace poco más de un año, cuando arreciaban las críticas contra él por los desaguisados de las obras, con los vecinos de Concheiros y Vista Alegre pidiendo su cese, pone ahora en cuestión no solo la unidad del gobierno local sino también la autoridad del propio Bugallo. El edil, apelando a su dignidad, no se va a su casa dejando el acta como le exigió el regidor, sino que será no adscrito, un escaño desde el que, llegado el caso, podría extenderle alguna factura al propio gobierno. Se equivoca doblemente el díscolo Javier Fernández al no asumir la retirada de sus competencias de centros socioculturales para centrarse en la exigente cartera de obras y barrios, y se equivoca más todavía al no renunciar al acta. Nadie puede arrebatarle el derecho a continuar, la ley dice que el acta es suya hasta la próxima contienda electoral. Ahora bien, ¿es equitativa esta decisión con el peso de su aportación a la victoria en las urnas del 2019? Dicho esto, sobre las cuestiones de fondo de esta crisis se está oyendo de todo estos días, pero extraigo dos ideas que delimitan, desde uno u otro lado, el arco de posibilidades. Así, es sabido el enfrentamiento de Fernández en centros socioculturales con la central sindical nacionalista, que la escasa mano izquierda del edil hizo irresoluble; y es probable que las expectativas de Bugallo por amarrar la alcaldía en el próximo mandato pasen por una coalición con el Bloque. A buen entendedor... Por otro lado, desde las interioridades socialistas, llama la atención la coincidencia temporal con el estallido de la división en el grupo parlamentario y el expediente al diputado Martín Seco, afín a Gonzalo Caballero, al igual que la exconcejala santiaguesa Noa Díaz y, en Raxoi, el propio Fernández. Este edil fue fichado in extremis para la lista por los bugallistas, que pronto se sintieron traicionados. Al tiempo.