«Os xardíns de Santiago encántanme e poder ter na casa unha parte deles paréceme xenial»

Andrés Vázquez Martínez
Andrés Vázquez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La Voz de Galicia

Las plantas que poblaron las zonas verdes de Santiago están ya en manos de los compostelanos, que llenaron la Alameda para recibirlas de manos del alcalde

11 nov 2022 . Actualizado a las 23:15 h.

Las flores, ¿no son para el invierno? El Concello de Santiago, el propio alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, prueba lo contrario. Cientos de compostelanos se agolpaban este viernes en la Alameda para hacerse con una maceta de las flores que hasta hace poco poblaban los jardines y plazas de Compostela, para pasar a ser los encargados de su supervivencia a lo largo del invierno. La intemperie las acabaría matando, por lo que las casas de los vecinos voluntarios serán su nuevo hogar. El alcalde, acompañado de la concejala de Medio Ambiente, Mila Castro, del concejal de Mobilidade, Gonzalo Muíños, y del jefe de Xardíns, Gregorio López, se puso manos a la obra para repartir los 600 ejemplares que se entregaron durante la mañana dentro de  la campaña Leva unha planta!

Es la primera vez que se hace algo así en Santiago, a pesar de que el año pasado ya se había planteado, y el resultado no pudo ser más satisfactorio. Partiendo desde el comienzo del paseo central de la Alameda, donde se entregaban las plantas, la cola superaba a las Marías, llegaba al paso de cebra de Porta Faxeira y se aventuraba, tras girar a la izquierda vista desde la rúa do Franco, a lo largo de la avenida Xoan Carlos I. Estos últimos, que se quedaron sin su maceta ante semejante afluencia, tendrán una nueva oportunidad el lunes a las 12.30 y, como aseguró la edila Mila Castro, también se fijará una cita durante alguna de las tardes de la semana próxima.

El alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, durante la entrega de las flores en el Paseo dos Leóns.
El alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, durante la entrega de las flores en el Paseo dos Leóns. Paco Rodríguez

La hilera de gente integraba compostelanos y compostelanas de todo tipo. Desde estudiantes universitarios en busca de decoración para sus pisos alquilados hasta santiagueses de toda la vida que encontraron una buena oportunidad para seguir engrosando su jardín. Este último es el caso de Olga, que lleva cincuenta años en la capital gallega y no recuerda los seis metros del balcón de su casa sin plantas: «E cando faleceu miña nai o meu pai aínda se aficionou máis a elas, e veña a encher e encher!». Tiene hasta el sitio pensado para su nueva incorporación, aunque quizás se le hace un pelín grande, «que teño soportes de ferro na parede e a ver se me aguantan con ela, e se non, vai para o chan».

Junto a ella recibieron sus plantas dos jóvenes, Zaida y Andrea. A la primera le viene la afición de su abuela, mientras que la segunda se está convirtiendo en una auténtica experta acumulando ya ocho plantas en su habitación, «e esta tamén vai ir para alí». Se interpone entonces la experiencia de Olga, advirtiendo a Andrea de que ese no es un buen sitio, que mejor al aire libre. Cada maestrillo tiene su librillo, está claro.

Pili, vecina de la Alameda, se lleva contenta otra planta, una más para sumar a su colección. Es toda una experta, pues desde que se ha jubilado se dedica a cuidar las flores de su patio, «que ocupa todo el largo de la casa». Al ganar tiempo libre, tras retirarse del trabajo, pasó a dedicárselo a los cursos de jardinería, algo que le encanta.

Paco Rodríguez

Sobre la iniciativa, Mila Castro, la concejala de Medio Ambiente, aseguró que ofrecerán plantas «ata que poidamos, porque non todas as que están en parterres valen para levar para a casa, ao estar demasiado crecidas». El proyecto movilizó a muchos compostelanos, por lo que la edila se mostró muy agradecida y feliz de que las plantas «teñan un destino moito mellor que rematar nun composteiro».

Visitas de colegios

Al pie de la Alameda, a un paso de cebra de distancia, está el Instituto Rosalía de Castro, cuyos alumnos aprovecharon el recreo para conseguir su maceta. Junto a ellos estaba Andrea Trepat, una de sus profesoras, que se mostraba encantada con la iniciativa: «Os xardíns de Santiago son unha das cousas que máis me gustan da cidade, e que se invirta neles, así que paréceme xenial poder ter unha parte deles, e que me dure moito!». Se enteró ayer por La Voz y no dudó en llevarse a sus chicos a recoger unas flores. Una de ellas ya es toda una apasionada de ellas y más tras el confinamiento por la pandemia, cuando las utilizó para darle alegría a su casa.

El alumnado del Colegio Montessori, con sus plantas.
El alumnado del Colegio Montessori, con sus plantas. Paco Rodríguez

Desde más lejos llegó el alumnado de 3º de ESO del Colegio Montessori, de Sar, acompañado también por sus docentes. Conocedoras de la importancia de la iniciativa, las estudiantes Lía, Deva y Xulia apuntaron que estas plantas estarían mejor en interior, al ser de primavera, y que sería un placer «darlles unha segunda vida ás flores e de paso darlle un toque de alegría á casa» al tiempo que aprenden a cuidarlas y se les entra el gusanillo de la jardinería.