Condenado un trabajador en Santiago que empezó a robar a su empresa tras saber que iban a despedirle

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

En una imagen de archivo, magistrados de la sección sexta de la Audiencia Provincial, con sede en Santiago, durante la celebración de un juicio
En una imagen de archivo, magistrados de la sección sexta de la Audiencia Provincial, con sede en Santiago, durante la celebración de un juicio PACO RODRÍGUEZ

Accedió en cinco ocasiones a la oficina en la sabía que se guardaba la caja diaria y se llevó un total de 1.795 euros

12 nov 2022 . Actualizado a las 22:15 h.

Un hombre ha sido condenado a doce meses y un día de cárcel por robar hasta en cinco ocasiones en la empresa en la que trabajaba cuando le comunicaron la extinción de su contrato. El acusado tendrá además que devolver todo el dinero que se llevó y deberá también abonar las costas procesales. Inicialmente, el Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago dictó una sentencia de 21 meses de cárcel, pero la sección compostelana de la Audiencia Provincial ha estimado parcialmente el recurso de apelación del procesado y le ha rebajado el castigo.

El condenado trabajaba en una empresa de maderas con sede en el polígono industrial del Tambre de la capital gallega. El 16 de abril del 2020, la firma le comunicó que se procedería a la extinción de su contrato a partir del 1 de mayo de ese mismo año, noticia que activó los robos.

Al día siguiente, el trabajador cometió el primero de un total de cinco hurtos en la nave industrial de la compañía, situada en la calle Faraday. Aprovechando que seguía siendo empleado de la firma, entró en la oficina donde sabía que se guardaba el dinero de la caja diaria y, en un momento de descuido de los encargados, se apoderó de 340 euros.

El éxito de aquel primer golpe le animó a dar el segundo y no tardó mucho en hacerlo, sabedor de que pronto dejaría de ser trabajador de la empresa y que ya no tendría acceso a las instalaciones de la nave industrial. Así, el 20 de abril del 2020 volvió a llevarse dinero de la caja. En esa segunda ocasión, 325 euros. Siguiendo el mismo sistema volvió a entrar en la oficina en la que se guardaba el dinero y el 22 de abril se llevó otros 250 euros, 410 el día 24 y 470 el 28, lo que suma un total de 1.795 euros.

Las visitas del acusado a la caja quedaron grabadas en la cámara de seguridad, pero en su recurso él alegó que estaba autorizado para acceder al cajón en el que se guardaba el dinero y que otros empleados también tenían acceso, por lo que consideraba que no había pruebas que acreditaran que había sido él el que se había llevado el dinero.

Pese a estimar en parte su recurso porque la Audiencia Provincial no aprecia la circunstancia agravante que sí vio el juez de lo Penal, el tribunal es muy claro respecto a la culpabilidad del acusado y señala en su resolución que, con la prueba practicada en el acto del juicio oral, es imposible sostener que el procesado «no es el autor de la sustracción, porque no tenía atribuido un acceso a la caja, consta acreditado que sí accedió y además admitió los hechos».

Y es que varios empleados de la empresa de maderas coincidieron en testificar que el acusado era el carretillero y que no tenía acceso a la caja y que, además, admitió ante un compañero y ante el representante de la firma que sí se había llevado el dinero. En las grabaciones se le ve cómo accede a la caja y, en ocasiones, como se guarda algo en el bolsillo, pruebas todas ellas que acreditan que fue el autor de los robos.