Xiana Cobo, la artista textil que convierte en #Compostela los pañuelos en el lienzo perfecto para sus obras

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xiana Cobo muestra su lugar de trabajo, en su propia casa, donde crea pañuelos en los que plasma su «compulsión estampada», además de pendientes, bolsos, láminas y otras piezas. La ilustradora y artesana concibe sus colecciones textiles como suvenires, con la idea de «redefinir la categoría de recuerdo».
Xiana Cobo muestra su lugar de trabajo, en su propia casa, donde crea pañuelos en los que plasma su «compulsión estampada», además de pendientes, bolsos, láminas y otras piezas. La ilustradora y artesana concibe sus colecciones textiles como suvenires, con la idea de «redefinir la categoría de recuerdo». Sandra Alonso

Hija de médicos, la ilustradora y artesana de Ortigueira se afincó en la capital gallega hace ya dos décadas

04 oct 2022 . Actualizado a las 08:23 h.

Descubrió su pasión por el arte textil en Santiago, como alumna de la EASD Mestre Mateo, y su trabajo ha captado la atención de revistas de moda y tendencias como Vogue. Xiana Cobo nació en Ortigueira, hace 39 años. Hija de dos médicos, llegó a la capital gallega para estudiar Historia del Arte y completó su formación en moda en la escuela de diseño compostelana. Fue su primera incursión en el mundo textil, donde es conocida por haber convertido los pañuelos en un lienzo perfecto para sus obras. Se inspira en la vegetación gallega, en la arquitectura, en cuerpos celestes... Va desde un registro infantil hasta otro más gótico o pictórico, y juega con las escalas y colores para crear piezas que destacan por su originalidad, combinando técnicas contemporáneas —como la estampación digital— con otras tradicionales —como la manual, el bordado o el orillo de rulo—.

«El pañuelo es el producto que yo pensé que se adecuaba más a lo que quería hacer. Siempre me ha atraído el objeto a medio camino entre la prenda de vestir y la decoración, entre lo funcional y lo pictórico, y me parecía súper interesante este formato, porque todo podía caber ahí y es algo que no pasa de moda. Los pañuelos siempre están ahí», dice la ilustradora y artesana, quien reconoce ser una «diseñadora camaleónica y versátil. No tengo un estilo muy definido y me cuesta mucho quedarme con una sola cosa». Cuenta que la estampación «me abrió un mundo de posibilidades, sin límites de inspiración». La descubrió antes de terminar sus estudios en la Mestre Mateo: «Hicieron unas entrevistas para entrar en Inditex y me cogieron para diseño de prendas». Acabaría creando en el 2019 una marca propia, Walter & Gradiva, nombre artístico con el que ya firmaba sus ilustraciones en el campo editorial. Fue el prólogo a la empresa que lleva hoy su nombre, con un público eminentemente gallego (en torno al 40 %) y nacional (cerca del 60 % ), aunque ya hizo ventas incluso al otro lado del Atlántico.

De su domicilio, en la avenida de Lugo, donde tiene su taller, salen unos complementos fabricados con mimo y detalle que compiten con humildad frente a las grandes marcas. Explica Xiana que aspira a separar la vida doméstica de la laboral y «tener un taller en el que pueda cerrar la puerta y olvidarme del resto». Defensora de las colaboraciones entre artesanos para «crecer a nivel creativo» y «hacernos más fuertes», está comprometida con una producción a pequeña escala de bajo impacto medioambiental, que reutiliza los recortes de seda para las etiquetas y busca la durabilidad de las piezas -en contra de la moda fast fashion- y puede presumir que todos sus pañuelos están producidos en España. 

Tras el éxito de sus primera colección Botánica, inspirada en el patrimonio natural gallego, lanzó otras dos y tiene ya una cuarta entre manos que espera poner a la venta este mismo año. Algas, helechos, eucaliptos, margaritas, camelias, flores prensadas, hortensias y lirios son los protagonistas en estos pañuelos de seda. También hizo Xiana otros dos de temática picheleira para la tienda de la USC «y a la gente les encantaron los diseños» del árbol de la ciencia y de Fonseca, constata.

Sobre la combinación de medios técnicos, indica que «la impresión digital es muchísimo más rápida y económica a nivel energético», además de ser un campo que conocía y en el que tenía experiencia. «En la estampación tradicional gastas más agua y recursos», continúa, aunque no renuncia a este arte ni a técnicas en desuso como el orillo de rulo como remate de todos sus pañuelos de algodón. Aunque Xiana aprendió a hacerlo, «lleva mucho tiempo, y se encarga de esta parte una mujer de Lugo, Carmiña