Frankenstein

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Parecía difícil que los despropósitos perpetrados con la estación del AVE de Santiago desde aquellos tiempos de Conde Roa pudieran tener tanta continuidad, hasta el punto de que la estación de tren con más viajeros de Galicia no solo merezca ya, ahora, con lo que hay, el apelativo de «frankenstein» porque se construye sobre lo que antes había sin un planteamiento global ex novo para abordar un proyecto integral a la altura de lo que corresponde a una infraestructura de estas características, salvando las distancias con estaciones faraónicas en el hormigón y en los costes, que no se trata de eso. El problema del aparcamiento será la última entrega de la serie, si nadie lo remedia. Es una obviedad a la vista de cualquiera que el espacio disponible en superficie para estacionar coches es absolutamente insuficiente. Pretender resolver la papeleta con 369 plazas solo se le ocurre a quien tiene en la cabeza la idea de que Santiago y su estación tienen las dimensiones humanas de una aldea. Vamos, una afrenta. Esto es irrebatible, y el gobierno local lo sabe, por eso propone ampliar el espacio disponible tirando para arriba, con una o dos plantas en altura. Porque, claro, tirar para abajo es lo caro —aunque al final lo vayamos a pagar los usuarios—, y Madrid le niega a Santiago una estación de primera categoría, aunque realmente lo sea por volumen de viajeros y por la proyección mundial de la ciudad. La intención de Raxoi es buena, pero esa alternativa es, por muchas razones, una chapuza, un despropósito más.